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Soplete en vivo. XIVº Milagre Metaleiro (Pindelo Dos Milagres, Videu. Portugal), 25-27 de agosto de 2023.
Saudações, Metal Splinters.
Recién llegado de Pindelo Dos Milagres, en plena sierra de la zona de Viseu, el compañero Pablo «Aliscar» Alarcón os contará en esta primera entrega, de las tres previstas, sus impresiones sobre el festival luso, al que acudía por vez primera, al igual que EdeM, acreditado como medio especializado.
Habíamos decidido dividir el reportaje del Milagre Metaleiro en dos partes pero por problemas técnicos nos hemos visto abocados a hacerlo en 3. Esta inicial que leéis analiza la jornada inaugural del 25 de agosto.
En unos días tendréis las de los días siguientes junto con un balance final del evento, sugerencias de mejora y otras historias curiosas.
Milagre, un evento al que iba con muchísima ilusión y unas expectativas enormes. Tenía temor por que se truncaran pero ya puedo afirmar que se han cumplido en un 95% (sólo la logística para comer ha fallado, a mi parecer).
Concretando: una acogida genial por parte de la organización y personas oriundas, logística, recinto y atención de diez, personal de seguridad excelente (siempre con una sonrisa, amables y dispuestos a lidiar con los «surfistas» que arribaban a sus «costas» en el foso, gente del merchand educada y eficiente, baños suficientes (aunque debieran instalar más), merch de bandas digno (algo escaso tal vez, pero por bandas grandes que no trajeron), se acordaron de las familias con peques y hasta instalaron un castillo hinchable («insufáble») y un toro mecánico; un cartel de bandas excelente, horarios puntuales, sonido bueno en general y un parking que aunque algo descontrolado y limitado (la gente aparcó donde pudo en la carretera y huecos en la orografía), cumplió su misión y funcionó.
De la zona de acampada no puedo decir mucho porque no estuve allí. Sé que estaba situada a escasos metros del recinto festivalero, en una pequeña ladera con algo de pendiente y que había agua caliente en las duchas, algo que puede parecer una tontería pero que en algunos festivales falla.
¿Asistencia? Días antes un canal de televisión portugués entrevistaba a Marco Antonio, presidente de la Associaçao C. M.M. y este aunciaba previsión de unas 5000 personas por día. Y podemos confirmar que así ha sido.
Para los que no leísteis el reportaje especial previo o queráis revivirlo, aquí os lo dejamos.
Ha sido un placer elaborarlo y saber más de un evento que se ha ganado a pulso, con trece ediciones previas gratuitas, el favor de la escena metalera y que seguro crecerá más en años venideros.
Vayamos ya al gran MilagrE, a saber de un buen puñado de actuaciones que pude ver. No están todas porque en esta ocasión no me acompañaba de compañeros de EdeM para compartir vivencias y tintas (sí os adelanto que habrá colaboración de Rafa BlackPhoenix del canal de Youtube «Black Phoenix Rising» y algunos apuntes velados de un buen amigo de andanzas metaleiras, Pepe Sánchez-Palencia, batería de Ánima Barroca), pero os puedo asegurar que de los 32 grupos que conformaban el «roster milagroso» (porque había uno más pero no llegó a tocar), vi 27, o sea, el 84% de los conciertos, una brutalidad para el cuerpo y los oídos. Pero maravillosamente disfrutado.
Bem-vindos Ao Milagre Português.
Como llegamos con tiempo al recinto, aprovechamos para ver algún stand de merch ya preparado y ver menú que ofrecían para almorzar. Nos llamó la atención que dejaran entrar libremente para media hora o así antes del comienzo de los conciertos invitaran por megafonía a salir, amablemente (esto en España es impensable porque tiraríamos de picaresca…)
De la propuesta de esta formación lusa de Black/Death no puedo decir mucho, la verdad.
Primera formación que rompía la jornada inicial. Los había escuchado pero sin que me llamasen la atención. Me dejé llevar por el momento, prestando atención, y llegué a conectar en varias canciones, en diversos pasajes más melódicos aunque contundentes. Mi colega Pepe también supo apreciar la propuesta de los lusitanos, aún sin ser amante de los sonidos más extremos. Buen comienzo.
Vøidwomb tienen escaso recorrido (desde 2019), un único EP de título «Altars of Cosmic Devotion» (2021) aunque un par de músicos con bagage.
De las Frantic tenía referencias previas al haber escuchado bastante material sonora del combo sueco. Su propuesta, un Death melódico con partes más heavies, voz gutural y alguna limpia, tralla accesible para quienes gusten del género extremo pero, podríamos decir, con musicalidad.
Vinieron sin una de sus guitarras (nos dijeron que la solista) pero Miö Jagger supo suplir esa carencia, bien arropada por la bajista Madeleine Gullberg. Eso sí, con otro instrumento más aquello hubiera sonado a otro nivel.
Espectacular la puesta en escena de Elizabeth Andrews (también en registros limpios) y en general de la formación ámbar, con una apisonadora a los parches como es Mac Dalmanner (¿conocéis su historia personal? Ya tardáis…)
Comprobamos que venían con partes de coros y teclas pregrabados.
Lo de los teclados es un mal que sigue extendiéndose y no iba a ser excepción en estos días…
Pura energía sobre las tablas, vendaval de banda que cautivó al aún escaso público presente.
Me quedo con el temazo que es «Jōshitai» (letra sobre la resistencia de este ejército de féminas samurai, resumiendo) y con otros dos mandobles como fueron «Burning Insight» y «Black Widow».
Tras el show se vio a un par de miembros de la banda por el público y pude hacerme foto (compré el segundo CD que tienen, Bellatrix).
Llegaba el turno para la primera de las diez bandas españolas que estaban presentes en el cartel del M.M. 2023: Hadadanza.
Desde tierras alicantinas y con fecha de creación en 2017 saltaban a la pista los trovadores/as, caracterizados como artistas circenses, siendo lo habitual (aquí su reseña en el Leyendas 2022).
Previa hidratación y visita a puestos de merch (aún estaba en proceso de ubicación), tiré unas cuantas fotos en el foso y vi su actuación más bien relajado, algo retirado. Seré sincero. Su fórmula no me convence porque me recuerda mucho a otras bandas del estilo, Folk fiestero. Aún así, para unas danzas y risas puede ser sugerencia aceptable (cuestión de gustos). «Farlequín» fue uno de los temas que recuerdo.
Tras su intervención, se vio a sus componentes disfrutar interactuando con fans y otra gente curiosa.
Y tras el turno de Hadadanza, llegaron Angus McSix, la banda liderada por el vocalista Thomas Winkler, Angus McFive en Gloryhammer y que tras su abrupta salida de esta, ha adoptado el nombre que da título a esta nueva formación. Junto a él lo acompañan a la batería Manu Lotter (ex Rhapsody of Fire) Thalia Bellazecca y Sebastian “Seeb” Levermann, (cantante de Orden Ogan) ambos a las guitarras.
Dado su reciente creación, era la primera vez que se presentaban en Portugal y suponía una buena propuesta con la que metalear dada la buena hora (18:30h) y por el estilo desenfadado que practican: un Power Metal sinfónico plagado de humor y referencias freakies que hace las delicias de cualquier amante de la fantasía, la ciencia ficción, los juegos de rol y por supuesto He-Man y los Masters del Universo.
El repertorio se basó en su álbum debut lanzado el pasado 21 de abril y que tiene el título de Angus McSix and the Sword of Power. Abrieron con “Masters of the Universe” siguiendo con “Sixcalibur” para luego abrir paso a “Starlord of the Sixtus Stellar System” primero y luego a “Laser-shooting Dinosaur”, con aparición estelar del dinosaurio en cuestión.
El momento más épico del concierto es probable que fuese cuando le llego el turno a “Eternal Warrior” donde el propio Angus reclamó a un guerrero de entre el público del Milagre para llevar a cabo la ardua pero heroica misión de ir a por una cerveza y volver con ella entera para dársela a la guitarrista, pero ojo ¡Subido en un Pegaso hinchable entre el público!!
Fue un sentimiento tremendo el de poder volar y ver a todo el mundo volcado en ayudar en divertirse y disfrutar…. Resultó gracioso completar el objetivo estirado sobre “el animalito” del escenario a la barra y después a la vuelta… ¿Y como es que manejo tan bien los detalles? Pues señoras y señores, porque fui yo, Rafa Black Phoenix, quien escribe estas líneas, el afortunado.
Por cierto ¡gracias a los “20.000 guerreros” que estuvieron ahí ayudándome a cabalgar hasta llegar hasta nuestra reina de las amazonas! ¡Un fuerte abrazo, aplauso y reconocimiento a todos los que echaron una mano para que ese momento fuera tan redondo!
La cerveza llegó he de decir con éxito a su destino, la misión quedo cumplida y posteriormente el concierto acabó al poco con “Just a Fool Will Play Tricks on Angus McSix”. Un concierto muy breve, algo que se dice siempre cuando te lo pasas tan bien… Pero es también literal comparándolo con la actuación del Leyendas que tocaron un par de temas más. Ahora tocará esperarse a que saquen el segundo disco y hagan gira para verlos de nuevo.
Finalizado Angus McSix, The show must go on! en Pindelo.
Junto a Lujuria, Opera Magna era la banda con más nombre y trayectoria de todas las hispanas.
Su directo ya lo he disfrutado varios veces (la última aquí)
Les acompañaba batería nuevo, de sesión, hasta que confirmen nuevo compañero de viaje. Lógico pues que le viéramos apoyándose mínimamente en partitura. Demasiado que se ha aprendido repertorio en unos días.
Con algunos problemas con el micro, puntuales, José Broseta saludaba al gentío portugués con la promesa de regresar con algo del idioma aprendido.
Incursión novata por estas tierras, todo un orgullo para el público español, por supuesto, la descarga de quienes enarbolan el Power más épico y grandilocuente estuvo jalonada de sus grandes himnos, como por ejemplo «Horizontes de gloria» y «La herida», las dos últimas piezas en caer. Pero la sublime y con la que me acordé de mi gente esquirlera fue «Hijos de la tempestad».
Si pongo algún reparo a su concierto, quizá sea la textura de la batería que me resultó algo opaca y que el volumen del sonido en general, demasiado alto.
Por lo demás, gente bastante entregada, ejecución impoluta y satisfacción por verles salir victoriosos en el país vecino.
Seguía el vaivén de bandas por el Milagre Metaleiro, cuando entraron en escena Orden Ogan, otro de los pesos pesados del primer día y que servía a la postre de redención para muchos de los asistentes teniendo en cuenta que estaban confirmados para la edición del año pasado, pero que en su lugar tocaron Wolfheart como remplazo a consecuencia de que vocalista y guitarra contrajeran el coronavirus.
Los alemanes nos sorprendieron con su característico estilo cañero y melódico a la par, plagado de riffs, melodías y armonías. Vi una banda muy bien ensamblada, muy compenetrada entre si, muy sólida. Y es que a pesar del parón de la pandemia y los últimos cambios de formación, la banda sigue abriéndose paso a paso hacia la cima, hacia el “Hall of the Heroes” como dirían los Iron Savior.
El set list se compuso de temas pertenecientes esencialmente a sus tres últimos trabajos, Ravenhead, Gunmen y Final Days, canciones como la que dio inicio al show “In The Dawn of the AI” “FEVER” o la propia “Gunman” aunque también hubo espacio para “We are Pirates” perteneciente a Easton Hope (2010) y con el tema del cierre convertido ya en himno “The Things We believe in” de To The End (2012).
Aún terminando de digerir y asimilar el show de los germanos, tocaba seguir con la velada en Portugal.
Comiendome a mil una bifana (tras interminable cola), empezaron a oírse los coros inconfundibles de la obra de arte que es «O Fortuna» (de Carl Orff), tamizada por la formación sueca, pero si no recuerdo mal se quedó en un amago (iba como un rayo hacia el foso y no presté atención, ensimismado)
«The Blood of Kingu» ya me cogió dentro (nada contento con las fotos) y «Birth of Venus Illegitima», mi gran tema de Therion, saliendo para «la grada», llenazo total, situándome a la izquierda del escenario principal.
Agazapado bajo la carpa que en teoría iba destinada a firmas de artistas (sólo se anunció la de Moonspell, pero o no funcionó o no me percaté), vi el show completo de una formación que siempre me pareció distinta, sui géneris.
Un Metal, antaño más extremo (de hecho sus orígenes son más Death), con el tiempo mucho más liviano, sinfónico, pero siempre peculiar, operístico, ecléctico y con temática y letras relacionadas con lo místico, las antiguas civilizaciones, lo esotérico, lo mágico…
Pindelo era la gran oportunidad de Rosalía Sairem, la artista soprano española que hace coros y partes solistas junto a su compañera Chiara Malvestiti. Y era porque esta vez estaba sola en el escenario, por la baja por salud de la italiana.
Empezó a desenvolverse hablando dirigiéndose en inglés al público y dando las gracias.
Preguntó donde estaba la gente de su país (rompí gritando, orgulloso, emocionado)
Fueron cayendo canciones como «Ginnungagap» o «Lemuria» para llegar a un momento cómico donde el vocalista Thomas Vikström bromeó sobre el embarazo de Chiara: «no es mío», aclaró entre risas (Thomas es pareja de Rosalía)
El tema en que cobró protagonismo la cantante española fue en «Abraxas». ¡Vaya agudo brutal que se marcó la de Elche«.
En favor de Rosalía, destacar que realmente aprovechó esa «papeleta» (eso comenté con ella en el backstage), brillando esa noche. Resaltar igualmente que el hecho de que Chiara no aporte esas partes más heavies, porque es más lírica, supone un plus para la banda.
Esa canción acabó con un diálogo entre la pareja de vocalistas, con mordisco de enamorados.
Tras una siempre rutilante «The Rise and Sodom of Gomorrah», speech de C. Johnsson con reconocimiento a Moonspell, una esperada «To Mega Therion», risas y química entre Christofer y Thomas y vamos que nos vamos con la muy rockera «Cults of the Shadows».
¿Algún palito al alquimista de Estocolmo? Eché en falta atractivo visual, nada de efectos pirotécnicos, etc. Sólo una única imagen de la banda en la pantalla, hecho que se repetiría, tristemente en buena parte de actuaciones.
Cerraron la función con «Son of the Staves of Time» ritmosa y con la multidão dedicada.
Tras receso para coger aire y socializar o pillar merch (me traje camiseta, sudadera, parche y chapas del M.M., entre otras cosillas), todo estaba dispuesto para la gran actuación de la jornada. Llenazo, seguramente la actuación que más gente congregó, con un sonido devastador (la valla donde estaba apoyado retumbaba, pero sin ser molesto), no alto ni estridente, sino todo lo contrario, en su justa medida, sonando las canciones pulcras.
«Opium» abrió la senda de los lobos, enlazando con «Extinct», «In Tremor Dei» y otras de buena parte de la discografía de los de Brandoa. Y un único tema de su último (y ¿bizarro?) disco, cosa que agradecí.
El jugar con el apoyo de la pantalla con imágenes, logos y proyecciones de vídeos, punto a favor del grupo (cómo lo eché en falta en otras actuaciones).
«Night Eternal» y en especial «Finisterra» sonoron bárbaras.
Tiempo para los Moonspell más folclóricos/místicos, con varios cortes del legendario (obra cumbre, para mí) Wolfheart y reminiscencia Under The Moonspell, con bailes y danzas en el auditorio.
Casi cerrando, antes de terminar de incendiar el Parque Empresarial de Pindelo con tres hits impresionantes, se le cantó a Fernando Riberiro (vocalista) su cuadragésimo noveno cumpleaños feliz. Parabéns!
Y con «Alma Mater», «Todos os Santos» y «Full Moon Madness» (ésta, siempre épica y perfecta para «fechar festa»), acabó el concierto de la banda madre portuguesa.
* Si eres fan, seguramente te interese este Especial Moonspell.
Muchísimas ganas de ver en vivo a los italianos y, como neófito, estaba impaciente, ya de madrugada, por comprobar cómo se las gastaban sobre las tablas. Y ¡vaya pedazo de bolo! El que más disfruté de la jornada inicial junto al de las Frantic, pero este fue especial porque cuando les descubrí, allá por el 2000, me fascinó esa mescolanza de Black/Death/Gothic, con melodías marcadas por cadencias fúnebres, teclados sombríos y letras centradas en la existencia humana, dualidad vida/muerte, etc.
Así que esperaba impacto, pero no sabía la magnitud.
Defendían nueva creación, tras ocho años de sequía, de título «Killing Innocence» (recomendado) del que tocaron, quizá sorpresivamente, hasta cuatro cortes creo recordar, destacando una inicial, con halo siniestro y pesada «Escorting the Soul» y una postrera «We Are The Resistance».
¡Copón! ¡Qué derroche de energía, brutalidad, salvajismo! sabiamente combinado con riffs armónicos que creaban una atmósfera envolvente sin igual, que atrapaba.
«No los esperaba tan brutos», tenía escrito en mis notas. Y vaya si gozaron los más adeptos de la formación trasnalpina, con continuos Circle Pit, sin cesar en todo el show, mostrando sincero soporte a los cinco músicos, que no pararon de hacer «heaadbanging» en su hora de descarga.
En lo técnico, otra vez ese anhelo de que hubiera teclados de verdad (¡esa época Sabine!); batería apisonadora impresionante, un frontman visceral y aplastante como es Stefano Fiori y unos músicos complementados a la perfección que ofrecieron un espectáculo atronador en su primera razia en Portugal.
Con un juego de luces sobresaliente (dinámica general del festi), el que tocaran «Legions Unleashed» fue emotivo para mi, así que con todo lo vivido y la conmoción al ser sorprendido por semejante directo, me fui al coche con los últimos compases de «en honor a los caídos», en honor a Graveworm. Salve!
Os dejamos la galería de fotografías de las bandas que actuaron el primer día del festival. Pinchad sobre las flechas para pasar las imágenes o aquí para ir al álbum (y poder ver más).
Así cerramos esta primera toma de contacto con un festival que ya adelantamos, o acaso ya lo sabéis, Metal Splinters fieles, que nos ha encantado y que ya es parte relevante de EdeM.
Os emplazamos a leer la reseña siguiente, de lo que queda del Milagre.
Vejo você em alguns dias!
Texto y Fotografía: Pablo «Aliscar» Alarcón.
Colaboración en Angus McSix y Orden Ogan: Rafa BlackPhoenix.
Edición fotográfica: José Luis Alarcón P.
¡Un gusto enorme chicxs de colaborar con vosotros!! Esta genial la crónica. ¡Que ganas de que empiecen a anunciar bandas para el año que viene!!