Una vez fuimos héroes... de bronce.
Anunciaba tormenta el sábado noche y mientras navegábamos en el recién llegado atardecer no pudimos hacer otra cosa que recoger velas y resguardarnos en la Sala Malandar, pues llegaba “La Tempestad”, la gira que traía a Nocturnia con su nuevo disco homónimo a Sevilla. El temporal que nos tenían preparado los toledanos comenzó a los sones de “Sin mirar atrás” que empalmó con “Sin olvidar quién eres” y desde el minuto 1 pudo verse que la actitud de la banda es sobresaliente sobre las tablas. Aquí nadie para quieto un segundo, todo es dinamismo sobre el escenario y de alguna manera son capaces de trasladarlo abajo, a la gente, que por momentos entraba en plena efervescencia junto a los Nocturnia.


Quedé gratamente sorprendido con el derroche vocal de Simón con “En busca del tiempo” ya que había estado bastante comedido en lo referente a potencia pero que ahora se desquitaba. Seguía llevándose al público donde quería, levantándolo cuando hacía falta y consiguiendo nuestra colaboración siempre que se lo propuso. Los guitarras Manu y Javier se volvían a juntar para dar caña y dejar al vocalista el grandísimo final que se marcó para esta canción.
Pero ninguna tormenta dura para siempre y esta terminó con “Cenizas”, uno de los puntales del último álbum para el que se alinearon mientras martilleaban el aire con su cabeza. Este tema puso la guinda al que fue un conciertazo y que se nos hizo muy cortito. La banda se llevó una merecidísima ovación por nuestra parte, como reconocimiento al currazo que se han dado en su último disco y a su entrega en el escenario. Los toledanos te hacen moverte, son capaces de transmitirte buen rollo e incluso el típico heavy de codo en barra acaba levantando los brazos. Porque, aunque venían los Saratoga a continuación, los Nocturnia consiguieron que no tuviéramos prisa por verlos.
Tras Nocturnia, llegaron Saratoga. Lo malo de una noche en la que tocan dos bandas es que si la primera, como fue el caso, ‘se sale del pellejo’, deja el listón muy alto para la siguiente banda. Pero a los madrileños no parece afectarle esto tras 26 años sobre las tablas. Por cierto, antes de entrar en materia con la actuación de Saratoga, quiero dejar constancia de una cosa: Hay que dar la oportunidad de ver a los grupos en directo. No conocía a Nocturnia y me dejaron una gran impresión en vivo. Y hace apenas un mes, viendo en directo en el Atalaya Rock a Vhäldemar (no los conocía a pesar de sus 20 años sobre los escenarios), también me ganaron para la causa. Y así, teniendo como primera impresión una actuación en directo, también conocí y me ganaron grupos como Alquimia o Zenobia. Conclusión: Hay grupos que ganan (diría que la gran mayoría) en directo. Sólo hay que darles la ‘chance’.
Pues eso, que los de la salamandra siempre cumple. Y aunque venían dentro de la gira de su último disco «Aeternus», hicieron un repaso a su extensa carrera, pese a lo cual empezaron rompiendo el hielo con «Una vez fuimos héroes», un auténtico martillazo y a mi parecer el mejor tema del último disco, aunque no sonó todo lo bien que nos hubiese gustado por unos problemas de sonido. A Tete Novoa casi no se le escuchaba. ¡¡A Tete!! Pronto solucionaron los contratiempos y continuaron su descarga con «A morir». A morir había ido yo a la Sala Malandar, casi veinte años después. Aunque había visto allí a los Tierra Santa o Avalanch casi dos décadas atrás, creo que incluso a los mismos Saratoga, con Leo Jiménez aún en la formación (cuando se llamaba Sala Salmandra, luego Sala Weekend), se me antojó algo pequeña. No sé por qué la recordaba más grande. Aunque para grandes, los que estaban en el escenario, que continuaron su show con «No sufriré jamás por ti», «Maldito corazón» y «El vuelo del halcón», del primer disco de la formación con Tete a la voz, «VII». Para entonces, ya me había colocado un poco más cerca del escenario; siempre me gusta estar lo más cerca posible porque, entre otras cosas, delante suelen ponerse «los más cafres» y yo me considero uno de ellos. Pero inexplicablemente, aunque teníamos delante a una de las mejores bandas españolas del género, no se veía mucho movimiento en vanguardia. Y eso que caían trallazos como «Tres ahorcados» y «Las puertas del cielo», que ponen a mil el corazón del más pausado. Echando una ojeada hacia atrás sí se veía más entonado al público. Aun así, me quedé por delante por si se animaba más la cosa. Por mi parte no iba a quedar.

Llegando al ecuador, había que tomar un respiro y Dani se encargó de entretenernos con un sólo a la batería mientras Tete se cambiaba de camiseta y Niko y Jero se ‘hidrataban’. Últimamente me fijo mucho más en el buen hacer de los baterías y observar a Dani azotando inmisericorde con sus baquetas es una verdadera gozada, aunque no aprendes nada ya que va a tal velocidad que es imposible seguir la cadencia (jejeje). Es Saratoga una banda que conecta con el público, principalmente en la figura de T. Novoa. También D. Pérez tiene ese feeling con el respetable, y ahí que estuvo haciéndonos partícipes de su sólo tras el que volvió a escena el resto de banda para dar paso al momento meloso de la noche, con el trío de baladas «Lejos de ti», «Si amaneciera» y «Acuérdate de mi», tres pellizcos a la patata que erizaron el vello de los allí presentes, al menos a un servidor.

Texto crónica Nocturnia: Ale Puch.
Texto crónica Saratoga: J. «Heavyer» Fajardo.
Fotografía: Pablo Aliscar
Edición digital: J. Luis Alarcón.