The Bay Strikes Back – Madrid 2020

El mejor Thrash Metal toma la noche madrileña.

Testament + Exodus + Death Angel. Palacio Vistalegre – Sala Black Box, Madrid. (28/02/2020)

    Estoy terminando de escribir esta crónica 15 días después de que tuviera lugar este evento y parece que hiciera siglos. Tanto es lo que han cambiado las cosas debido a la pandemia conocida como COVID-19 que un evento como el que reseño aquí sería impensable hoy. Hace tan solo un par de semanas, el famoso coronavirus era un fantasma que pululaba por ahí, pero al que no le hacíamos mucho caso, no éramos conscientes de cómo se iban a poner las cosas en apenas unos días. Hoy se ha declarado el estado de alerta en el país y estamos encerrados en nuestras casas. Quizá por esto me ha parecido tener más tiempo y me he explayado de lo lindo en la crónica. Leedla, que tenéis tiempo de sobra.

     El pasado 28 de febrero, coincidiendo con el Día de Andalucía, cogí los bártulos y me fui a Madrid con la sana intención de disfrutar de tres de los grupos más grandes de lo que vino en llamarse el Thrash Metal de la Bay Area: Testament, Exodus y Death Angel, que se encuentran inmersos en una exitosa gira por Europa, muy acertadamente denominada «The Bay Strikes Back». El concierto tuvo lugar en la sala Black Box del Palacio Vistalegre, un lugar algo alejado del centro de la capital, por lo que la oferta hotelera de la zona es escasa.

Llegué a las inmediaciones del Palacio Vistalegre media hora antes de la apertura de puertas. Se notaba la presencia de fans thrashers en los bares de los alrededores, aunque la cola para entrar en la sala no era especialmente larga. La «previa» del concierto consistió en un par de cervezas con varios colegas venidos de distintos puntos de España. Accedimos al recinto aproximadamente 15 minutos antes de que comenzara la actuación de Death Angel y la sala se veía muy concurrida, de modo que me quedé más o menos a mitad de la pista y desde esa zona vi los conciertos. La ubicación, unida a que hice las fotos con el móvil, ha provocado que la calidad del registro gráfico que tomé no sea la que hubiera desesado y esto es algo que el lector tendrá que disculpar.

Bueno, sin más dilación, dejo de contarles mi vida y me dispongo a zambulirme en las aguas de la bahía de San Francisco, a ver qué contenido de metales pesados presentan los peces de la zona.

Death Angel

    La banda encargada de abrir la velada era Death Angel, que disponían de 50 minutos para ofrecer su espectáculo. Con absoluta puntualidad, los Californianos comenzaron su actuación con esa introducción épica de guitarras dobladas que da paso al tema que da título a su último álbum, «Humanicide», que fue inmediatamente seguido por «Voracious Souls», perteneciente a su ópera prima, «The Ultra-Violence», de 1987. El presente y el pasado de la banda representados en dos trallazos de alto octanaje.

Sin apenas descanso entre tema y tema, atacaron con «Claws So Deep», tema muy completo, que aúna la velocidad y contundencia del Thrash Metal con una coda instrumental muy «latina», podríamos decir. El público ya estaba plenamente metido en el concierto, disfrutando de unos Death Angel en un estupendo momento de forma. No es la formación «clásica» del grupo, en la que todos eran primos y de origen filipino. No obstante, los miembros más nuevos (el bajista Damien Sisson y el batería Will Carroll) llevan ya más de 10 años en la banda, y el siguiente, el guitarrista Ted Aguilar, lleva casi 20. Esta veteranía se nota sobre las tablas, donde pudimos ver a unos músicos muy compenetrados, con una interpretación compacta y precisa de los temas de todas las etapas del conjunto californiano.

«El público ya estaba plenamente metido en el concierto, disfrutando de unos Death Angel en un estupendo momento de forma.»

Death Angel
Death Angel

    La banda de Rob Cavestany y Mark Osegueda volvió a deleitarnos con otro corte extraído de su último disco; en esta ocasión fue «Aggressor», con ese arpegio tan oscuro al principio y esos riffs tan característicos (el del puente es de los que se te quedan en la cabeza y no hay quien los saque). A continuación interpretaron «The Dream Calls For Blood», tema que da título a su disco de 2013, y que a mí, personalmente, me encanta. Su disco de 2016, «The Evil Divide», estuvo representado por «The Moth», otro temazo marca de la casa. 

El concierto iba avanzando rápidamente hacia el final y volvieron a hacer un guiño a su primera etapa, interpretando en esta ocasión un temazo como «Seemingly Endless Time», cuyo estribillo podríamos considerar un remanso de paz dentro de una colección de riffs thrashers de esos que te obligan a mover todo el cuerpo.

Para el final dejaron un medley de «The Ultra-Violence» y «Thrown To The Wolves», tema de aquel «The Art Of Dying», que supuso el retorno discográfico de los Californianos en aquel ya lejano 2004, aunque a algunos nos parezca que fue ayer.

Death Angel
Rob Cavestany y Mark Osegueda en plena faena.

    Como el lector puede constatar con una rápida búsqueda en setlist.fm, el repertorio interpretado por los de San Francisco fue idéntico al que están presentando en el resto de conciertos de esta gira, y está mucho más enfocado a su etapa actual que a sus tres primeros discos, que podríamos considerar sus clásicos, demostrando que tienen plena confianza en el material editado tras la reunión de 2004 y que la aceptación de las composiciones más actuales por parte del público es innegable.

Exodus

     Si Death Angel dispusieron de 50 minutos para descargar su repertorio, el tiempo asignado a Exodus no era mucho mayor: Tendrían 60 minutos para ofrecer al público asistente un repaso a la trayectoria del grupo fundado por el batería Tom Hunting y por el mismísimo Kirk Hammett allá por 1979. En las labores vocales cuentan en la actualidad con Steve «Zetro» Souza, que ha entrado y salido de la banda como tres o cuatro veces a lo largo de su historia. En las guitarras, por un lado tienen a Lee Altus y por el otro a Gary Holt, que vuelve al redil después de haber estado supliendo en Slayer al tristemente fallecido Jeff Hanneman. El bajo, por su parte, es asunto de Jack Gibson.

Estos pioneros del Thrash comenzaron su descarga unos minutos antes de lo previsto, y lo hicieron con dos trallazos de «Blood In, Blood Out», su último disco hasta la fecha: «Body Harvest» y la propia «Blood In Blood Out». Lamentablemente, durante la ejecución de este último tema se fue el sonido del P.A., lo cual supuso un importante parón en el desarrollo del concierto. Tras unos minutos, atacaron con «Deliver Us To Evil», pero los problemas técnicos volvieron a hacer aparición, en esta ocasión con el bajo y una de las guitarras. Intentaron mantenernos entretenidos, mientras tanto, improvisando una versión del «Motorbreath» de Metallica con tan solo la guitarra de Gary Holt, la batería y la voz. La dejaron a medias, puesto que la avería parecía haberse resuelto por fin.

Exodus
Exodus

«Exodus sufrieron de lo lindo para intentar remontar los problemas técnicos. Ganas y tablas no les faltaron.»

    Irónicamente, la siguiente canción en ser interpretada por los Californianos (de manera algo irregular, a mi parecer) fue «Fabulous Disaster». El sonido no volvió a ser el mismo que al principio. En concreto, la voz de Souza sonaba bastante baja en la mezcla. Siguieron con «Deathanphetamine», cuyo estribillo fue bastante coreado por el público, que poco a poco volvía a meterse en el concierto.

Después de tocar «Blacklist», de su disco de 2004, «Tempo of the Damned», nos hicieron volver muy atrás en el tiempo al deleitarnos con «Bonded By Blood». Ya estábamos en la recta final de la accidentanda actuación de Exodus, los problemas del pricipio del concierto estaban casi olvidados y el público se movía ya al son de «The Toxic Waltz». Para terminar, sonó «Strike of the Beast» y se formó un wall of death auspiciado por Souza.

Exodus
Exodus, pasándolas canutas.

    En resumidas cuentas, Exodus sufrieron de lo lindo para intentar remontar los problemas técnicos. Ganas y tablas no les faltaron, pero el concierto quedó bastante deslucido. Prometieron volver y apuesto a que lo darán todo para sacarse esta espinita.

Testament

    Tras un descanso, sonó el «Bad, Bad Leroy Brown» de Jim Croce y por fin se subieron a las tablas de la sala Black Box los cabezas de catel de la noche: los enormes Testament, cuyo repertorio, a juzgar por lo que podemos leer en las redes, va variando levemente en los distintos conciertos de esta gira, de modo que sabíamos más o menos a qué atenernos, pero también que podíamos llevarnos alguna sorpresilla. Además, ya habían mencionado que, para esta gira, se habían decantado por incluir algunos temas algo inusuales en detrimento de otros más habituales en sus presentaciones en vivo.

Al fondo del escenario lucían un enorme telón con la portada de su próximo disco, «Titans of Creation», que saldrá a la venta en abril de 2020 y del que nos obsequiarían más tarde con la interpretación del tema «Night of the Witch».

«Para esta gira, (Testament) se habían decantado por incluir algunos temas algo inusuales en detrimento de otros más habituales en sus presentaciones en vivo.»

Testament
Testament

    Al contrario que Exodus y Death Angel, que habían escogido temas nuevos para comenzar sus repectivos conciertos, Testament se lanzaron a por dos clásicos de su segundo LP para abrir su actuación: «Eerie Inhabitants» y «The New Order», y no serían los únicos cortes de ese disco que interpretarían esa noche. Chuck Billy ha cambiado su forma de cantar con los años, buscando un sonido más agresivo, aunque sin perder la melodía. Esto nos proporciona una nueva visión de las composiciones clásicas de la banda, que, aún así, mantienen su esencia.  Ya en estos primeros compases del recital se notaba mejor sonido (supongo que todo lo bueno que puede ser en esa sala) y un salto cualitativo muy importante en cuanto a la iluminación del escenario. 

Después de calentar al personal con un par de clásicos, los de Eric Peterson, maestro de los riffs pegadizos, nos llevaron hasta su resurrección de 2008, «The Formation of Damnation», interpretando «The Persecuted Won’t Forget», con su veloz riff, inicial sus estrofas thrashies, su estribillo machacón, sus guitarras dobladas, sus voces guturales a mitad de la canción, la batería del gran Gene Hoglan haciendo virguerías… un temazo con una estructura compleja y que sería la única pieza de ese disco que iba a caer esa noche. Nada de «More than Meets the Eye» en esta ocasión.

No tardaron en volver atrás en el tiempo, hasta su primera obra, «The Legacy», atacando la fantástica, inquietante y maravillosamente thrasher «The Haunting». De los gritos agudos al final de los versos nos olvidamos, se han convertido en gruñidos con el paso del tiempo; pero Chuck sigue siendo un monstruo sobre las tablas, con su habitual pie de micro recortado que hace las veces de guitarra imaginaria y que es toda una seña de identidad del vocalista americano.

Si comparamos el set-list de esa noche con el interpretado anteriormente en Barcelona, la siguiente canción supuso una sorpresa para los asistentes. «The Preacher» era ya el tercer tema del «The New Order» que interpretaban esa noche, y aún les quedaban dos. Más Thrash de la vieja escuela para alimentar las llamas de una noche mágica.

Testament
Testament

     Después de un arranque del concierto tan repleto de Thrash Metal veloz, llegaba el momento de bajar un poco las revoluciones, aunque sin llegar a interpretar ninguna balada («The Ballad» o «The Legacy» habrían estado bien y hace muchísimo tiempo que no entran en sus directos). «Dark Roots of Earth» sonó potente y oscura y supuso el inicio de un bloque de tres temas extraídos del álbum al que dicha canción da título. El segundo en caer fue «Last Stand for Independence», con su rápido y demoledor inicio y los estupendos solos de Alex Skolnick en la parte menos rápida de la composición.

Y para terminar esta tríada dedicada a su, hasta la fecha, penúltimo disco editado eligieron la épica «Throne of Thorns», al final de la cual tomó protagonismo Eric Peterson, interpretando la melodía que concluye el tema subido a una de las plataformas del frente del escenario y arropado por las luces de los focos, centradas en su figura.

No hubo «Rise Up» ni «Native Blood»; no entraban en los planes de los de Oakland para esta gira.

Testament
Eric Peterson luciendose al final de "Throne of Thorns".

    Llegó el momento de dar rienda suelta a las composiciones de «Brotherhood of the Snake», empezando por la canción que da título a su, hasta la fecha, último álbum, y que es un temazo como la copa de un pino, con un riff magnífico, estribillo thrasher apabullante y una parte final más lenta adornada con voces propias del Metal extremo.

Siguieron el repaso a «Brotherhood of the Snake» con la épica «The Pale King», cuyo pegadizo riff me parece uno de los mejores del grupo californiano y en la que Gene Hoglan se luce a los parches, haciendo equipo con esa bestia del bajo que es Steve DiGiorgio, y brillan los solos de Alex Skolnick a las seis cuerdas.

El corte escogido de su obra de 1999, «The Gathering», fue el deliciosamente brutal y prácticamente Death Metal «Fall of Sipledome», una composición muy poco habitual en su repertorio, pero que ha sonado en casi todos los conciertos de esta gira, para regocijo de fans y músicos: En alguna entrevista que he leído, Gene Hoglan se mostraba especialmente entusiasmado por tocarla cada noche, y es que tiene una batería brutal esta pieza, además de un solo absolutamente épico a cargo de Skolnick.

Acto seguido, Chuck nos recordó que en unas semanas va a estar disponible su nuevo disco, «Titans of Creation», del que tocaron, como hemos dicho más arriba, el único tema que habían presentado hasta la fecha en las redes, «Night of the Witch», cuyo estribillo fue coreado por el público, que se ve que está al día de las novedades de la banda.

Testament
Testament

«Practice What you Preach fue, para quien escribe, el punto álgido de la actuación, (…) ¡Qué ritmo, qué groove tiene esta composición! Lo siento, no puedo ser imparcial cuando suena este tema.»

    El concierto llegaba a su recta final y volvíamos a escuchar piezas compuestas por estos monstruos del Thrash a finales de los 80.  A la orden de «into the fucking pit» sonaron los primeros compases del clásico «Into the Pit» y veíamos que en la parte delantera de la pista la gente no paraba de moverse, alzábamos los puños para corear el estribillo, disfrutábamos como enanos.

«Practice What you Preach» fue, para quien escribe, el punto álgido de la actuación, y es que se trata de la primera canción de Testament que escuché en mi vida, allá por 1990 sería. ¡Qué solo se marca Mr. Skolnick! ¡Cómo suena el bajo del señor DiGiorgio! ¡Qué ritmo, qué groove tiene esta composición! Lo siento, no puedo ser imparcial cuando suena este tema.  

Echaron la vista un poco más atrás en el tiempo y volvieron a su primer disco, para interpretar «Over the Wall», con un público totalmente enloquecido que coreaba el estribillo, el solo y lo que hiciera falta.

Se despidieron de Madrid con «Disciples of the Watch», tras hora y media de espectáculo y dejándonos con ganas de más y más Thrash de la mejor escuela.

Personalmente, yo habría sacrificado alguno de los 5 temas que tocaron del «The New Order» en favor de algo más del «Practice What You Preach», del «The Legacy» o del «Souls of Black», disco injustamente olvidado en el repertorio de esta gira; o quizás habría alargado un poco más el concierto. Por pedir, que no quede.

Salud para todos y nos vemos en los Metal-saraos, cuando pase todo esto del coronavirus.

Texto y fotos: El Puli de Cádiz

2 comentarios

  1. Yolanda Álvarez

    ¡Enhorabuena por la crónica! Mucha salud para todos para que pronto se reanuden los conciertos.

  2. ¡Vamoooos! Cronicaza. Venceremos.

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