Calidad y buen precio no están reñidos.
Soplete en vivo: XVII Piorno Rock, Pinos Puente, (Granada) 7 de junio de 2024 .

Se dice, en muchas ocasiones, que las cosas improvisadas son las mejores que acaban saliendo.
Y así fue mi experiencia en el Piorno Rock; porque el día de antes, a las 18.00 horas ni siquiera era yo conocedor de que tendría la ocasión de vivir el día 7 de junio de 2024 de uno de los festivales más intensos y chulos de los que he disfrutado en mucho tiempo.
Y es que, el evento, en lo que respecta a distancia, precio y calidad de bandas era un envite difícil de rechazar; y así estuvimos toda la semana mi pareja y yo: pensando en cómo organizar vida familiar, trabajos y demás para poder llegar, con «la lengua fuera», para disfrutar de los directos que nos aguardaban en la localidad de Pinos Puente.
Gracias a que podíamos ir de la mano de mi queridísimo compañero de Esquirlas de metal (y sin embargo amigo) JOS y su esposa, Pilar, que ya habían tenido el gusto de paladear las mieles del Piorno años atrás, pudimos liarnos la manta a la cabeza y pisar el coqueto y condensado recinto del festival, justo cuando estaban dando los primeros acordes la banda que iniciaría el evento.

Como comentario general del recinto, apuntar que se trata de un espacio relativamente pequeño, lo cual no es malo a priori, ya que la organización supo «reducir» el espacio, según me indicó JOS en lo que respecta a ediciones pasadas y, lo cierto es que acertaron, porque supieron dar cuenta de la asistencia y, salvo en las primeras horas del festival, que la gente iba llegando, la verdad es que la zona del público daba la sensación de ser abundante, sin agobios, pero tampoco con grandes huecos que «desangelara» la imagen del respetable.
Unos pocos puesto de merchan saciaban el mínimo apetito de compras y la única barra, situada a la derecha, contaba con el suficiente personal para que no tardaras mucho en pedir los refrigerios y viandas, que también se servían en ella.
El pago, por el cada vez mas socorrido sistema de pulseras de recarga, funcionó razonablemente bien, pero no se informaba del dinero que iba quedando en cada pedido y esto te creaba cierta sensación de inseguridad, sobre todo a altas horas de la noche.

Como único punto negativo, he de destacaros los pocos baños que instalaron en el recinto, que crearon no sólo largas colas sino además, como suele ocurrir con algún que otro indeseable, que se «desbebían» en los alrededores de los cubos de basura del interior, lo que daba una mala imagen y, además un olor cada vez más desagradable.
Y como olvidar al fantástico presentador del evento. Un jovencísimo Tristán que lo hizo a las mil maravillas, dejando constancia de que existe un prometedor futuro en nuestro querido mundillo con peña tan guapa como él.
¡Chapeau por ti, chaval!
De todas formas, vamos a darle caña a las bandas, que en realidad son las verdaderas protagonistas de este tipo de eventos, dejando constancia de antemano que el nivel fue fabuloso.
Arghost

Con una puntualidad suiza daba el pistoletazo de salida el XVIII Piorno Rock con la joven banda Arghost, quienes tenían la difícil tarea de romper el hielo de una muy calurosa edición en esos momentos, que hacía que buena parte del discreto público que iba accediendo al recinto se «lateralizara» buscando la clemente sombra.
Sólo un puñado de fanáticos se agolpaban en la primera y segunda fila, dando ánimos a los granadinos, que con un buen ímpetu comenzaron a lanzar sus primeras propuestas.
Como ocurriría mas adelante en un par más de bandas, se produjo un corte repentino de luz, que nos dejó sin posibilidades de escuchar durante unos instantes a Arghost, y también de poder pedir nuestros refrigerios en las barras, que, como ya hemos apuntado, funcionaba con pulsera conectadas en Red.
En cualquier caso, este inconveniente sólo fue una anécdota.
Los granadinos realizaron un bolo muy profesional y contundente.
Buscando información sobre la banda, sorprende conocer que han tenido una década de silencio y han vuelto renovados recientemente.
Canciones con fuertes riffs de guitarra combinaban bastante bien las dos voces melódicas, tanto masculina como femenina, de sus dos cantantes.

De los temas propios subrayo «Senderos de Cristal», «Luz de Luna» y «Alas de Ángel», así como «Lágrimas de Sol» la cual tuvo que ser reiniciada, ante el primer problema de corte de luz del festi.
Asimismo, también tuvieron a bien realizar un respetable cover de «Enter Sandman» de los Metallica.
En resumidas cuentas, un buen concierto para dar inicio a la jornada de Pinos Puente.
Tribal

Con la misma puntualidad que su predecesora, daba el salto al escenario del Piorno Rock, los también granadinos Tribal, trayendo sonidos más modernos y metaleros, con gran aceptación del público asistente que, poco a poco, empezaban a «colorear» el recinto.
Pese a que también fueron perjudicados por otro corte de luz, incluso haciendo que la banda al completo se retirara al backstage, lo cierto es que trajeron un show a la altura que hizo percibir los primeros headbangings y saltos de la jornada.

Canciones destacadas para un servidor de la propuesta de lo Tribal fueron «Rompiendo el espejo», «Deshumanizados» y «Tatuaje de mi ego».
Ismael H. Arranz hace las veces de frontman con una potencia más que remarcable y las guitarras de Jesús Toledo y Javier Rodríguez se complementan bastante bien, regalándonos un show sorprendente en estas primeras horas del festival.
Adventus

El omnipresente Manuel Ramil (Avalanch, Delalma…) traía en esta ocasión SU BANDA a modo de tercer directo del Piorno Rock.
Y se trataba, prácticamente, de un nuevo grupo tras la desfragmentación que sufrió Adventus tras la salida de, prácticamente, todos sus integrantes, salvo el teclista, que echó sobre sus hombros la responsabilidad de darle orden de continuidad a la formación, reinventándola y poniendo al frente de la misma, al carismático Diego Valdez, quien tendría la difícil tarea, junto con sus nuevos compañeros, de llenar los zapatos de una banda con dos discos en su haber y, de los cuales, uno de ellos, Saudade, jamás fue presentado en directo.
Y, sin embargo, Lo que trajo el viento, vino con la nueva formación ya implementada, y compuesta por los ya mencionados, así como Dani Arcos a la guitarra, Nacho Arriaga a la batería y Fernando Mainer al bajo. Este último, entiendo que por motivos profesionales con Mägo de Oz, no pudo estar presente en el directo de Pinos Puente.
Pues bien, así las cosas, y con permiso de los Käbrones, la banda que más curiosidad levantaba en el Piorno Rock era, precisamente, Adventus.
Nadie puede negar la calidad de Víctor, Manuel o Dani, por poner tres ejemplos, que son ya antiguos conocidos por estos lares, pero era del todo interesante apreciar como las canciones compuestas por y para otros sonaban con esta nueva propuesta que, para muchos entre los que me incluyo, era la carta de presentación de la banda, más allá de las repetidas escuchas dadas a su tercer trabajo.
Y, he de confesar que no decepcionaron.

Al margen del tercer (y último) problema de luz que cortó el normal desarrollo de las bandas, la realidad es que los Adventus dieron un show incontestable.
Las canciones de sus dos primeros trabajos fueron inteligentemente intercaladas con las de sus dos primeros lanzamientos que, como es normal, eran más conocidas por el público.
Los arreglos para las canciones antiguas, como «Dame una razón» o «Mas fuerte que el dolor», con la que acabaron por todo lo alto, fueron del todo atrayentes, pues se han adaptado a la nueva formación de forma más que loable.
Ahora, la verdad es que era esperable de un arreglista tan versado como lo es Ramil.
Con respecto a su último lanzamiento, destacar canciones como «Aire» o «Nada es cierto» o «Magia» aunque, en mi caso, me desvivo por su primer single «Lo que trajo el viento» que me parece una magna composición que hace que se te pongan los vellos de punta en estudio, pero en directo es una auténtica gozada.
En resumen, un directo de los que marcan época, por lo especial de ver esta nueva formación y a un Diego Valdez en estado de gracia.
Por cierto.. ¿Quién fue, por tanto, en ausencia de Mainer, el bajista que acompaño a Adventus? Pues nada menos que Nando Campos, bajista a su vez de:
Avalanch

Venga, quitémonos las caretas:
Estoy encantadísimo con estos nuevos Avalanch.
Me parece del todo encomiable lo que un «machacado» Alberto Rionda está consiguiendo, después de tantos palos recibidos (algunos más que merecidos) y como ha conseguido tirar adelante con el proyecto de su vida.
Ya… ya sabemos todo lo demás. Su etapa de Alquimia, sus All Stars, sus giros en el sonido de los propios Avalanch y la cuestión de los cantantes…
Pero ya dije de las nuevas sensaciones que me daba esta nueva formación, también reinventada como ocurriría con el anterior grupo «reseñado», pero, si, como siempre, queréis más contexto, os dejo enlace de la primera vez que tuve gusto de verlos, concretamente el el pasado Leyendas del Rock. Vamos, picha aquí.
¿Ya leíste? Perfecto.
En lo que respecta entonces, al bolo del Piorno Rock, hemos de decir que la banda se encuentra más engrasada que entonces.
Se nota seguridad, contundencia y, sobre todo profesionalidad.
La nueva incorporación de Jorn Mendizábal a los platos es algo que no ha hecho reducir ni un ápice la caña, cuando la banda lo necesita, en el sonido de los de Rionda, y todo ello teniendo en cuenta que lo del Terrana era impresionante.

Aunque tengo claro que el set list de los Avalanch no fue exactamente el By Request que van a realizar en latinoamérica, lo cierto es que fue casi igual, lo cual dice mucho de lo acertado de su contenido para el público de Pinos Puente.
Como detalle apreciable, antes de continuar, el haber escuchado, sobre el buen hacer de Pardial una canción que no me esperaba como es Baal, de su infravalorado Malefic Time apocalipse, que fue una auténtica delicia sonora. Debería ser una de las imprescindibles. ¡Que bien interpretada!
De la etapa de Victor García, destaco las de siempre, «Delirios de Grandeza», «Xana» y «Torquemada».
De la de Ramón Lage, las más notables, a mi parecer, fueron «Pies de Barro», «Mil Motivos» y «Hoy te he vuelto a recordar»
Y, por último, de la de Isra Ramos, «Peregrino», «La flor de Huelo» y «Oráculo», si no me equivoco y en realidad, todas las tocadas.
Y, finalmente, en lo que respecta al más reciente trabajo de los Avalanch, «El Dilema de los dioses» fue muy agradable saber que prácticamente horas antes sacaban a la luz un muy currado videoclip de la que es mi canción preferida del disco y que le da nombre, la cual sonó atronadora en el directo del Piorno. Aparte, «Expulsando a mis demonios» y «Horizonte Eterno» fueron una fantástica mordida a la nueva propuesta de los de Rinda que, ¿Qué queréis que os diga? Cada vez me gusta más.
Sobre José Pardial, y a modo colofón de la presente crónica, decir y confirmar que ha sido un grandísimo acierto. La voz de este señor es preciosa y versátil, dando una cantidad de capas increíbles a todas las etapas de Avalanch, sabiendo defender todas ellas y dando personalidad propias las canciones que son de sonar conocidas de la extensa carrera de la banda.
Me quedé con las ganas de decírselo a él en persona pues estuvo dando vueltas por el recinto tras el bolo, pero espero en la próxima poder hacerlo.
Käbrones

El recinto se llenó sin ningún genero de dudas al comienzo de los cabezas de cartel del Piorno Rock.
Y la verdad es que no era para menos.
La expectación era enorme y, aunque se hicieron esperar una media hora, volver a ver a Frank, Carlitos, José Andrea y Salva, junto con el resto de la banda interpretando las canciones clásicas de Mägo de Oz era una experiencia digna de presenciar.
Y ahí estábamos nosotros, como diez años atrás (quizás alguno más), ávidos de sonidos provenientes de La Mancha, de Finisterre y de la diosa madre Gaia.

El espectacular inicio se materializó con «Satania» y, cual resorte, todo el público de Pinos Puente comenzó a saltar sin miramientos, sin compasión. Se sentía un ambiente de hermandad y complicidad ante los acordes lanzados en primera instancia.
No negaré que fue un poco desagradable en estos primeros compases, razón por la que quiero pasar rápidamente sobre ello, la actitud de Carlitos encima del escenario, pues parecía no estar conforme con el sonido de su guitarra y estuvo un tiempo, quizás demasiado alargado, haciendo aspavientos y demostrando su malestar. Creo que podría haber sido más disimulado ante estas contingencias y no atraer atenciones hacia su enfado. Anecdótico, pero remarcable. Paso página.
Inmediatamente después «El Santo Grial», y «El Pacto» daban cabida a uno de los mejores discos de Mägo de la historia, quizás el más heavy, y escuchar dichos tema en la voz de José era una auténtica delicia. No dejaba de pensar que puede ser que uno de estos dos no los hubiera escuchado anteriormente en un directo jamás. Y creo que no sería el único a la vista de la aceptación por parte del respetable ante estos trallazos.
Y si de aceptación hablamos, dos de los buques insignia de esta etapa, como son «El que quiera entender que entienda» y «Hasta que el cuerpo aguante» fueron una auténtica fiesta de gargantas rotas que, cantando a pleno pulmón, embriagaban el ambiente del Piorno Rock como si en épocas pretéritas nos encontráramos.
Y en este apartado hablaré de las «canciones largas», como a mí me gusta llamarlas, que han sido siempre señas de identidad de Mägo de Oz, no sólo en la época en la que lo militaban los Käbrones, sino incluso al día de la fecha. Y el trío ganador de este concierto fueron la imponente Gaia, la magnífica «Finisterra» y la, posiblemente más conocida por el disco en directo Fölkstergeist, que es el que la vio nacer, como es la profunda «Réquiem».
La verdad, no tengo palabras para definir lo especial que sonaron este trío de temas. Una auténtica gozada.
Y para terminar, antes de las que, no nos engañemos, sabíamos que iban a cerrar el concierto de los Käbrones, tuvieron a bien regalarnos la oscura «Ashtaroh» que, pese a que sonó instrumentalmente genial, pudimos percibir ciertos síntomas de cansancio en la voz del frontman, que parecía acusar un poco de agotamiento ante tanto «gorgorito».
Y es una lástima, porque en la mayor parte del concierto la voz de José, que evidentemente ya no es la que fue cumplió sobradamente y fue agradable volver a verle en buen estado de forma.
«Molinos de viento» y «Fiesta Pagana» dieron cierre al concierto de Käbrones. Nada nuevo bajo el Sol. Era presumible y era esperable. ¿Hubiera preferido alguna sorpresa para el cierre? Pues en mi caso sí, pero he de admitir a que a mí, con Mägo de Oz y, por ende con Käbrones me gusta «el café para muy cafeteros» .
Pero entiendo que la gente esperaba estos dos temas, los mas manidos y trallados de sus respectivas trayectorias pero que siguen haciendo que la gente, simplemente enloquezca con sus acordes. Y eso es de recibo. No hay mas preguntas, señoría.
En definitiva, otro concierto para el recuerdo, especial por sí mismo, y que no sabremos si podremos volver a ver, por lo que hay que atesorarlo en la retina y nuestros oídos para siempre.
Larga vida ¡Cabroneeeees!
Leo Jiménez

Sobre Leo Jiménez se han escrito ríos de tinta (digitales) en esta web de, prácticamente, todas las etapas de su carrera.
Para no extendernos en el contexto, ya que somo muy de eso, os dejamos nuestra última crónica de un bolo suyo, que fue en el pasado Zafra Rock y que puedes leer aquí, cual prólogo a la presente.
Y, sin perjuicio de las honrosas similitudes que pudiéramos encontrar, a priori, entre un concierto y otro, la realidad es que en la ocasión de Pinos Puente, Leo Jiménez venía trayendo de la mano a su nueva gira, que ha venido a denominarse «30 años tras el apocalipsis» a dos grandísimas voces del panorama patrio, como son Patricia Tapia y Z, ambos ex-cantantes de la penúltima etapa de Mägo de Oz.
Un especial acierto por parte del Jiménez, que ha sabido darle muchos nuevos matices a las canciones que trae en su repertorio, alternando a estos otros dos portentos en el itinerario de su carrera, a base de canciones de las distintas formaciones que ha militado.
Y, si eso no fuera suficiente, ha incorporado a las filas de Los Leos a un antiguo conocido de quienes hemos seguido con pasión uno de sus antiguos proyectos, en esta caso: Stravaganzza.
Su bajista, Patricio Babasasa se une a esta formación al bajo para dar cuenta de su versatilidad y buen hacer, dando un contundente sonido en sus quehaceres, que hace que la banda gane más enteros.
Y a partir de aquí, vino La Bestia con un repaso, como ya hemos apuntado, a las diferentes etapas de su carrera hasta el momento, lanzando trallazos de Saratoga, los propios Stravaganzza, el período de 037 y su más reciente «Leo Jiménez» a secas.
Desde luego, como hemos indicado desde hace tiempo, el resurgimiento del fuenlabreño parece no tener límites.
Su capacidad para seguir reinventándose está fuera de toda duda.
Sus capacidades vocales, aunque hayan perdido potencia, se han visto mejoradas en técnica así como en contundencia, y su presencia ante las tablas sigue impresionando a quien, incluso, ha tenido el gusto de verlo en más de una decena de veces.
Como muestra, un botón:
En los primeros compases del directo es cierto que los micros, (sobre todo el de Z) no se encontraban bien calibrados, siendo recriminado el técnico por parte del respetable, mientras además, el enfadado público se dirigía a leo para hacerle de las fallas.
El frontman, lejos de amilanarse, felicitó al técnico (mencionando su nombre propio) por el trabajo realizado y le instó, con suma elegancia, a que subiera el micro hasta que nos reventara los oídos.
Parecerá una tontería, pero este tipo de muestras de profesionalidad ante estas inconveniencias propias del directo son del todo destacables.

Por todo lo demás, destacar canciones como «Mesías» , «Condenado» «Desde niño» de su última etapa, que sonaron poderosas con el acompañamiento y alternancia de Patri y Z.
La colaboración, ya vista en el Zafra Rock de una entusiasta Ángela Mesbailer, de Saedín en «MI otra Mitad»
Las «mitiquísimas» «Perro Traidor» y «Vientos de Guerra» (de la que os dejamos por aquí la grabación íntegra) de Saratoga.
Y, por parte de Stravaganzza la increíble «Grande» y, como colofón final «Hijo de la Luna» que vino, según interpreto, de forma apresurada pues, el retraso incurrido en Käbrones creo que pudo conllevar a un recorte en el set list del de Fuenlabarada.
En cualquier caso, manifestar nuestra ilusión en esta nueva etapa de Leo en su nueva gira de «30 años tras el apocalipsis» de la que daremos buena cuenta en el próximo Leyendas del Rock donde, volveremos a escribir unas líneas para uno de nuestro cantantes «fetiche» por estos lares.
Fuerza y Honor.

Y hasta este punto llega nuestra crónica de la última edición del Piorno Rock.
Un festival coqueto y con encanto que, al menos a un servidor, le ha dejado muy buen sabor de boca.
Así que, si todo se tercia como debe, volveremos a disfrutar el año que viene, sabedores de que es un festival con margen de crecimiento cosa que, queremos ver desde cerquita.
¡No os olvidéis de pasar por la web de Esquirlas de Metal para estar al tanto de todo!
Este es el álbum fotográfico del festival granaíno (pinchad sobre flechas). Podéis acceder directamente, aquí.
Texto, fotografía y vídeos:
Antonio J. Álvarez Asencio