La Fanatic hasta la bandera en un concierto con mucho "Soul".
Soplete en vivo con Soulfly y Soulbreak en la Sala Fanatic (Sevilla), 29 de junio de 2023

Los jueves, a veces, son días complicados para mí, de modo que no tenía claro si sería capaz de llegar a la sala Fanatic a tiempo para presenciar la descarga de Soulbreak, banda hispalense cuyo sonido podría definirse como una aleación de subgéneros metálicos que van desde el Groove Metal al Industrial y que serían los encargados de caldear el ambiente para el concierto de Max Cavalera y sus Soulfly. ¡Y vaya si lo caldearon! El proverbial calor sevillano se vio incrementado hasta límites insospechados esa noche.
Seguid leyendo y os cuento…
Soulbreak
Se llevaron al público de calle.

Finalmente, sucedió que no llegué a tiempo de ver el comienzo del concierto de Soulbreak, pero pude engancharme más o menos a partir del tercer tema. He sabido después que comenzaron «Soul Break» y «Citizen Zero».
Lo primero que pude apreciar fue que la banda goza del apoyo incondicional de su público, pues la Fanatic estaba bastante llena durante su espectáculo y la gente respondía muy bien a la entrega del grupo. En contraste, el conjunto no pudo disfrutar de mucho espacio para moverse por el escenario, que se hallaba ocupado por la parafernalia decorativa de Soulfly. Los seis miembros de Soulbreak tuvieron que conformarse con tocar en el frente de escenario, con la batería de Emilio «Kanina» situada en el extremo izquierdo de las tablas, mientras que la mesa del DJ Kilian Domínguez ocupaba su espacio en el centro-derecha.
Por otra parte, la iluminación del escenario no estuvo a la altura, en mi opinión. Aún así, sirvió en cierto modo para destacar algunos detalles de la indumentaria de la banda, como los guantes blancos iluminados por dentro que cubrían las manos del vocalista «Oni Zero» o los rayos rojos que saldrían de las manos de Kilian durante los últimos compases del concierto.
Fueron desgranando los EPs que forman la serie «No Signal», iniciada el pasado 2022 y de la cual ya hay tres entregas publicadas. Si no me equivoco mucho (ruego que me disculpen, ya que no había «estudiado» para el concierto), del «No Signal, Vol. II» interpretaron también «Sin and Omen», que oscila entre los riffs machacones de las estrofas y la melodía pegadiza del estribillo. En el aspecto vocal, esto se ve reforzado por voces desgarradas que se tornan más suaves al llegar el estribillo.

Repasaron el volumen III comenzando con «Mechanical Brain», en la que contrastan, de nuevo, las brutales estrofas (que suenan a una suerte de Pantera industrializados) con el estribillo, en el que el vocalista opta por un registro limpio y grave, que podría recordar a las partes mas melódicas de Serj Tankian o también casar en una banda de Gothic Metal. De este mismo volumen sonaron también «Hey Idiot» y «Upset», si no ando muy desencaminado. Esta última presenta unas estrofas que yo calificaría de tribales, con unos riffs brutales a cargo de los guitarristas John Romero y Frederick Rivero, apoyados por el groove de Nacho Rodríguez al bajo.
El volumen I cayó al completo, con «Doomed» y «Wake Up». Fue en este tramo del concierto cuando la gente se animó aún más, saltando, bailando, formando circle pits…
Para el final dejaron una versión de «Walk» de Pantera con la que terminaron de ganarse al respetable. La gente se movía mucho más que al principio y lo harían aún más cuando sonó «The World on Fire», su particular visión metalizada del tema de Prodigy «Smack My Bitch Up», durante la que la banda invitó a su público a ponerse en cuclillas durante la parte más suave para acabar saltando cuando la interpretación vuelve a coger fuerza (algo que, según observo, está cada vez más de moda). El DJ lució una máscara luminosa durante la interpretación de este tema.
Y así concluyó la actuación de Soulbreak. Si os van los sonidos «modernos», industriales, los riffs machacones, el Nu Metal, la combinación de voces agresivas y melódicas, no dudéis en darle una oportunidad a esta banda.
Soulfly
Caldeando, aún más, una noche de junio en Sevilla.

Después de una interminable cola para pedir una cerveza en la barra, salí un rato a la puerta para tomar algo de aire fresco, pero fue un cortísimo lapso de tiempo el que pude utilizar para respirar, puesto que comenzaron a sonar los ritmos tribales que sirven de presentación a «Back To The Primitive».
Tras comprobar que cualquier intento de acercarse a primera fila para ver a Soulfly iba a ser estéril, decidí quedarme en la parte de atrás, cerca de la puerta, donde al menos pudiera librarme, si bien mínimamente, del intenso calor que reinaba en la sala, en detrimento de la calidad del reportaje fotográfico.
Y es que más de 500 almas tenían la Fanatic a reventar. No recuerdo esta sala tan llena desde aquella vez en la que Moonspell vinieron a interpretar sus dos primeros discos al completo. Desde el inicio, el respetable estaba totalmente volcado con Max Cavalera y los suyos, saltando al compás de los marcados ritmos, ora metálicos, ora tribales, que la banda interpretaba con fiereza y convicción.
Tras «Back To The Primitive», sonó «No Hope = No Fear». A pesar de traer bajo el brazo su nuevo disco, «Totem», Soulfly apostaron por comenzar su concierto revisando sus primeros discos. De hecho, casi un tercio de su descarga se basó en temas de su primer larga duración, que data de 1998. Y es que los clásicos son los clásicos.
«Downstroy» y «Seek & Strike» fueron los temas elegidos para representar su tercera obra, «3». El público estaba entregadísimo desde el primer minuto de la actuación de la banda de Max Cavalera. Se sucedían los pogos, saltos, cuernos en alto y algún que otro circle pit. Max se dirigía a la concurrencia en su español particular, lo cual aumentaba la sensación de proximidad entre banda y público.
Con la veloz «Frontlines» el sonido se hizo más thrasher, después de ese inicio tan orientado al Nu-Metal, para solaz de quien escribe esta crónica.
Estaba tardando en sonar algún tema de su nuevo álbum y por fin llegó el momento para «Superstition», que combina riffs muy thrashers, melodías de guitarra muy guapas, partes algo más industriales y un final con ritmo tribal cortito pero resultón. Me gustó.
Interpretaron después «Fire» y la concatenaron con la velocidad punkarra de «Porrada», a modo de popurrí (o medley, como se dice ahora). Os dejamos más abajo un breve extracto en vídeo. Después, vino el segundo y último vistazo que echaron a su última obra hasta la fecha: «Filth Upon Filth». Yo diría que es en estos temas más actuales donde el guitarrista de apoyo, Mike DeLeon, puede lucirse más.
Los sonidos disonantes de las guitarras anunciaron el inicio de «Prophecy», con el brutal trabajo de la sección rítmica formada por Mike Leon al bajo (no lo confundan los lectores con el guitarrista) y Zyon Cavalera, el hijo de Max, a los parches y las baquetas.
Seguirían dos temas de su primer álbum, «Bleed» y «Tribe», en la que homenajearon a Bob Marley, modificando el puente para incrustar ahí el «Get Up, Stand Up».
Una versión de «Wasting Away» de Nailbomb, el brutal proyecto que montó el Sr. Cavalera junto con Alex Newport (Fudge Tunnel) a mediados de los 90, fue seguida por un clásico de Sepultura, la banda fundada por los hermanos Cavalera en aquellos lejanos años 80, «Refuse/Resist», que sonó bestial y fue muy celebrada por el público. El hecho de que el batería sea aquel feto cuyo latido se oía en la introducción del álbum «Chaos A.D.», «Zyon’s Heartbeat in Utero», me hace pensar en el inexorable paso del tiempo.
Hicieron un pequeño amago de comenzar «Territory», pero lo convirtieron en «No», a la que siguió «Eye for an Eye», volviendo por última vez a mirar al primer disco de Soulfly.
Se fueron un momentito y volvieron a escena para terminar el espectáculo a toda tralla con «Jumpdafuck». El público sabía que esto se terminaba y lo dio todo en este último tema, saltando como si no hubiera un mañana y dejándose las últimas gotas de sudor sobre la pista de la sala.
No siendo especialmente fan de Soulfly, se me hizo muy corto el concierto, a pesar de que la duración había sido la normal, unos 90 minutos, y del intenso calor que se sufría en la sala, incluso estando cerca de la puerta. La gente se lo pasó en grande, sin parar de moverse, saltar, sudar y hacer el cafre de mil maneras.
Todo un acierto de Oliskull y Retorno a la escena del crimen el traer a Soulfly a Sevilla junto con unos Soulbreak que seguirán dando que hablar, estoy seguro.
Os dejamos un álbum de fotos de Flickr, con capturas de ambas bandas. Podéis irlas visualizando pinchando en los triangulitos que aparecen a derecha e izquierda cuando se pasa el ratón por encima, o bien acceder directamente al álbum en Flickr pinchando aquí o sobre las fotos.
¿Más crónicas de conciertos? En nuestra sección Soplete en vivo.
¡Hasta el próximo metal-sarao, metal splinters!
Texto y fotos: El Puli de Cádiz