Soplete en vivo del Palacio Metal Fest, Los Palacios y Villafranca. 04/03/23
PMF, o la Meca de los festivales rock en Andalucía
¡Como un martillo pilón!
Así fue la insistencia durante varios años por buena parte del staff de Esquirlas de Metal de la importancia del Palacio Metal Fest para todo aquel que le guste el tipo de música y que nos trae a aquí a diario.
Como digo, muchos de los componentes, con especial mención a mi querido Puli de Cádiz, me insistían en las bondades de aquel (quizás ya no tan) pequeño festival que se celebraba en la localidad de Los Palacios y Villafranca.
Se me hablaba de una fantástica ubicación, en el Parque de las Marismas, con muchas posibilidades en los alrededores (supermercados, bares etc..) así como un fantástico ambiente, que hacía que la cita fuera ineludible para aquellos que, como he indicado, disfrutamos de este tipo de “metal saraos”.
Admitiré que la propuesta de bandas que acuden normalmente al PMF no son, a priori, de mis gustos personales, pero después de mi gran descubrimiento de los Red Juggernaut y mi idilio con los Pinball Wizard, por poner sólo dos ejemplos de asistentes a anteriores ediciones, es cierto que la versatilidad del festival fue algo que no supe interpretar en las primeras instancias en las que tuve conocimiento de la existencia del PMF.
A más abundamiento, gente tan guapa como Delma Domingo o Manu Reyes, parte de la organización del festival, tuvieron a bien hablarme, en alguna que otra ocasión donde coincidimos, de las mieles del festival.
Obviamente, con tales mimbres, la decisión tuvo que ser tomada, sin remilgos.
Tenía que vivir la experiencia de un PMF como Dio manda.
Pero las cuestiones logísticas no estuvieron de mi parte.
Al final, por diferentes problemáticas que no vienen a cuento, fui el único integrante de Esquirlas de Metal con posibilidad de acudir a esta edición de 2023 del reiterado festi y, aunque hubo un mínimo atisbo de duda de acudir “en soledad” al evento, la verdad es que ésta se disipó rápidamente, pues ya estaba bastante excitado por vivir la experiencia.

Era consciente de que encontraría a muchas caras conocidas y que, la posibilidad de acudir a un festival con tanto “background” positivo, era algo que no podía dejar escapar.
Y así fui. Transportado en autobús (lo que limitó mi estancia) perdiéndome, por los propios horarios de la vuelta, de disfrutar de bandas como Picture, y así, pergeñado de una simple mochila llena de ilusión, fui de los primeros en llegar a los aledaños del festival, allá por las 16:00, siendo al apertura de puertas a las 16:30.
El ambiente (esta palabra se repetirá mucho en la presente crónica) era guapísimo.
En los aparcamientos se empezaban a ver muchos estilos diferentes de «heavys» (en orden a la indumentaria, me refiero) y una alta edad de media (quizás eso pudiera ser interpretado como algo negativo. Eso se lo dejo a cada uno).
Con una “yonqui-lata” en mano, puse mis auriculares y como banda sonora de mi breve estancia en los aparcamientos, reproduje “Apocalipsis Molón” de los Gigatron, lo cual me hizo esbozar una sonrisa, a medida que me iba inflando de ganas de entrar al festival.
La primera sonrisa de cara conocida que recibí al entrar en el recinto (bien flanqueado por una amplio espacio de zonas verdes que eran ideales para el descanso del guerrero) fue la de Delma al entregar la entrada, quien gestionaba la entrega de pulseras en el acceso.
Ya sabía que estaba como en casa.
Los precios, bastantes asequibles se adquirían mediante tickets de 6 y de 2 pavos. Una amplia barra, de la que destaco la amabilidad y simpatía de todos y cada uno de los que me sirvieron mis heladas cervezas que, por otro lado, no fueron pocas, se desplegaba de frente el escenario.
Una “food truck” con bocadillos fue mi mejor aliada cuando llegó el momento de meterme en el cuerpo algo sólido.
Algunos puestos de “merchand” en los laterales, sumado al propio del festival hacía que la espera fuera más entretenida.
Todo estaba bastante cuidado pero, en especial, destaco la constante limpieza de los servicios que siempre estuvieron en une estado óptimo para la avalancha de gente que, cada vez más., iba entrando en el recinto.
Gracias A. Gil, miembro de Esquilas de metal, tuve a un compañero de aventuras del que me pasaron teléfono a media hora de llegar al PMF y que, como yo, iba solo también al evento.
Gracias Pablo, por hacerme la estancia aún más entretenida y divertida con tu compañía.
El Santo

Los encargados de dar el pistoletazo de salida al festival fueron los sevillanos El Santo.
Con tintes de «metalcore» me llamó mucho la atención la fuerza de la formación sobre el escenario.
El sonido del festival fue atronador y las luces, que por algunos lares perjudica el trabajo de los fotógrafos, me parecieron muy acertadas.
Así lo comenté con Jara Solís, quien ataviada con su cámara, pululaba por allí.
Es meritorio aprovechar su mención para felicitarla por su fichaje como bajista en la gira de Cobra Spell. Te deseamos (y auguramos) muchos éxitos.
El Santo consiguió la ardua tarea de iniciar las ganas de festival en los que ya nos encontrábamos dentro del recinto con riffs poderosos y un sonido más que interesante, a juicio de este profano en este tipo de estilos.
Set lis de El Santo:
- «A la fuerza»
- «Super»
- «Obsoleto»
- «Prohibido»
- «Cállate»
- «Bulla»
- «Otros Tiempos»
- «Nueva Realidad»

Tras la primera descarga, y con la oportunidad de haber lanzado las primeras fotos y algún que otro malogrado video que desconozco si verá la luz finalmente por cuestiones de sonido, retorné a la zona de la barra, donde tuve oportunidad de tener alguna que otra conversación con mi nuevo amigo Pablo, de esas que nos gusta tener a los que acudimos a este tipo de “metal-saros” sobre bandas, estilos musicales, tendencias y un largo etcétera.
Eché un vistazo en derredor y tuve a bien ver al últimamente muy criticado en Redes, por diferentes cuestiones que no vienen al caso, Rafa Basa, a quien saludé y he de admitir que estuvo agradable y afable (como en otras tantas ocasiones en mi caso, he de apuntar) .
¿Qué queréis que os diga? Que estuviera en El Palacio, apoyando a un festival como el que nos trae aquí hoy es algo que mola y creo que es digno de reconocérselo.

Murmur
Los madrileños Murmur significaron un cambio de tercio y de ambiente en el público de El Palacio. Con un denso sonido muy “black”, quizás «death» melódico en los últimos compases del directo, crearon un clima, en ocasiones catártico y en ocasiones de perplejidad por parte de un público que quizás no encajó bien la oscuridad de la banda en unas horas tan tempranas.
Por mi parte, destacar el trabajo del guitarrista, que fue el que más me llamó la atención por su buen hacer encima del escenario.
Set lis de Murmur:
- «Death of Thot»
- «Sol Invictus»
- «Leiyu»
- «Caelestis»
- «Seven»

Fin de directo y vuelta a la barra a repostar. Localizo a mi compañero de aventuras y, cuando ya estaba ubicado, pude seguir manteniendo interesantes charlas, en este caso con dos «personajes» del mundillo (con todo el cariño del mundo lo digo) como son Diego Revaliente y el polifacético Guille Sánchez. Por cierto, a éste último, felicidades por tu fichaje en Rocktalesvlog.
Seguía avanzando el tiempo y sólo hacía mirar el reloj.
Empezaba a pensar que no me iba dar tiempo de saludar y dedicar el pertinente tiempo a la gente con la que me iba cruzando en el PMF, siendo consciente además, de que a cada minuto que pasaba, el recinto se iba llenado más de gente, creando un ambiente cada vez más familiar y cómodo.

Public Intoxication
La vuelta de tuerca (nuevamente) de las propuestas del PMF vino de la mano de esta joven banda Alicantina llamada Public Intoxication.
Joder, ¡Qué divertidos sonaron!
Entiendo que lo que hacen es “thrash metal” , pero suena menos agresivo.
Tienen una imagen que podría definir como “noventera” y algo alejada de la indumentaria de este tipo de bandas. Regalaron al público balones de playa y “churros” (de los de las piscinas) que invitaron a realizar unos muy cachondos pogos por parte del respetable.
He de admitir que funcionaron como un tiro y es digno decir que fueron un descubrimiento para quien suscribe.
Seguiremos de cerca la pista a esta formación, sin duda, por méritos propios.
Set list de Public Intoxication
- «Christmas Boogie»
- «Double Infart»
- «Mad Iron Man»
- «Self Knocked»
- «Hangover Fisting»
- «Hold My Beer»
- «Road Rage»
- «Antisober/Frenetic Piss»
- «Bacom Golem»
- «Nuclear Ambush»
- «Cover»
- «Thrash Police»
- «Last Brain Cell»

¿Recordáis cuando decía más arriba que el ambiente fue familiar?
Cristina Mayo, vocalista de Tooth, se encontraba con su preciosa familia al completo en el festival.
(Si queréis saber de su grupo, por aquí os dejo nuestros Fogonazos a la banda y nuestra crónica de su último concierto).
Como para muestra, un botón, os dejo una fotografía que tuve a bien realizar donde podéis comprobar que la palabra familia no sólo está implícita en el PMF en lo que respecta al vínculo artificial creado por los asistentes, si no que, además, había familias enteras, como la antes mencionada, que disfrutó de lo lindo de unas descargas, a priori no formuladas para oídos impúberes y que, sin embargo, en estas lides, funcionaba de forma orgánica y pude comprobar a muchos niños disfrutar con sus padres y familias de los riffs más atronadores, cuernos en alza, que se dejaron desplegar por el festival.

La noche caía en Los Palacios y el ambiente del festival ya era todo lo que este PMF podía ofrecer.
Con un espacio prácticamente lleno a rebosar de gente, se iba preparando el último grupo que vería en la velada.
Sonrisas, efusivos abrazos y exaltados reencuentros se iban sucediendo por doquier.
Se me antojaba que todos los visitantes al festival eran conscientes de la fugacidad de un festival con espíritu de los de «varios días» pero que se condensa sólo en uno. Y tantas emociones aglutinadas tenían, a mi humilde parecer, un resultado explosivo.
No quería pensar ni en la posibilidad de salir de ese extraño embrujo.
Entretanto, un apresurado Manuel Reyes, (con todo el trabajazo que tendría que realizar) pasaba a mi lado por enésima vez, a preguntarme si estaba a gusto, si me lo estaba pasando bien…
Espero que esta crónica te haya dado la respuesta. Te debo unas cervezas por tu especial interés y atención, tío.
Y, sin darme apenas cuenta del intervalo, de nuevo empezaban los acordes de una nueva banda…
Rise to Fall
Si tuviera que definir como fue la descarga de los bilbaínos Rise to Fall, indudablemente, pues es la primera palabra que se me viene a la mente sería: Elegante.
Su sonido «death metal melódico» me recordó tremendamente a Amorphis, grupo que me encanta y, lo cierto es que el desempeño de la banda, en lo que a cuestiones técnicas se refiere, fue de mi total agrado.
La presencia en el escenario de los componentes era contundente y las composiciones se te quedaban grabadas aunque fuera la primera vez que las escuchabas, como era mi caso.
Sin lugar a dudas, y antes de iniciar mi apresurado retorno a las tierras de Híspalis, fue mi medalla de oro de la velada.
- «The Descendant»
- «In The Wrong Hands»
- «End Vs Beginning»
- «Redrum»
- «The Compass»
- «Virgin Land»
- «Acid Drops»
- «Thunders of Emotions Beating»
- «The Threshold»
- «Decoding Reality»

Como he dicho, la vuelta tuvo que ser apresurada.
No pude ver a Picture, Pestilence y Legion, probablemente, en el momento en el que el festival era más atrayente, por el ambiente, la afluencia de público y la sinergia que empezaba a crearse dentro de El Parque de la Marismas.
Una auténtica lástima.
Sin embargo, he de decir que el Palacio Metal Fest es un auténtico “festivalazo”, coqueto y carismático, cita obligada de todos los andaluces y los de más allá.
Es importante refrendar su esfuerzo y evolución, así como el apoyo que, me consta, está siendo cada vez más importante por parte de la esfera.
En mi caso, manifestar que todos los halagos que fui escuchando a lo largo de estos años, desde luego, no eran erróneos.
Así fue como el Palacio Metal Fest se convirtió en mi particular serendipia.
SERENDIPIA
Adapt. del ingl. serendipity, y este de Serendip, hoy Sri Lanka, por alus. a la fábula oriental The Three Princes of Serendip ‘Los tres príncipes de Serendip’.
- f. Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual.
Autor de la crónica y fotografías: Antonio J, Álvarez Asencio.