Saratoga y su «XXX», en Sevilla (11/12/2021)

Saratoga, siempre sinónimo de garantía.

Saratoga, Sala Fanatic- Sevilla. 11/12/2021.    

    686 días. Un año, diez meses y diecisiete días. Veinte meses y medio. Noventa y ocho semanas. Defínanlo como quieran, pero es una barbaridad la cantidad de tiempo que transcurrió entre mi último concierto pre-pandémico (Mägo de Oz, Cartuja Center, 25 de enero 2020) y el primero post-inter-pandémico (pues hemos salido o estamos saliendo, y ahora viene otra ola que no por llamarse Omicron amenaza con ser pequeña y que deberemos surfear…) que ha sido este espectáculo de Saratoga el pasado sábado 11 de diciembre del año que está a punto de expirar.

    Erróneamente, creía que mi último bolo había sido aquel gran pequeño festival Atalaya Rock, en aquel lejano 12 de Octubre del ‘sin miedo 2019’, con lo que las cuentas se me iban en un principio a 791 días. Entre medias, también se coló Saratoga un mes después (9 de noviembre, Sala Malandar junto a Nocturnia). La pandemia hizo estragos, pero no del todo. 100 días arriba o abajo, la ansiedad y el mono de concierto no iba a variar mucho. Y sí, iba camino de la Fanatic como niño con zapatos nuevos. O con camisetorra nueva de los Lujuria. Las pijadas, para otros.

Pero al final, la camiseta que lucía servidor era la de ESQUIRLAS DE METAL. Venía un grupo grande a romperme las cuerdas vocales y qué menos que estar a la altura en lo que a indumentaria se refiere. Y con mi camisetorra potente y mi mascarilla FFP2 me dispuse a entrar a la sala unos minutos antes de que comenzara el concierto. Dado lo tardío de mi entrada, me sorprendió que hubiese mucho hueco en la sala, aunque el borde del escenario estaba ‘petado’. Cierto es que la sala es grande y según me contaron la capacidad ronda las 400 personas. Eché un vistazo al merchandising (un stand pequeño con un par de camisetas de la gira, una púa y un brazalete. Y creo recordar el libro de Niko del Hierro) y me dispuse a buscar un hueco.

En otras circunstancias, me hubiese abierto paso para llegar lo más cerca posible del escenario. A mí me gusta estar en el ‘meollo’ y desfasar a lo grande hasta quedarme sin voz, sin sudor, sin camiseta y sin . Pero (conste que, aunque pueda parecer lo contrario, no soy de esas personas obsesionadas debido al Covid. Protección, pero sin volverme loco) debido a la situación que nos rodea, y el hecho de ver a la gente tan junta y a muchos sin mascarilla (ay…), pues decidí tomarme el concierto de otra manera y me coloqué en un lateral, donde había algunas personas subidas y me coloqué ahí, en alto, sólo rodeado por dos personas. Triunfazo, porque además estaba cerca del escenario y lo veía de lujo.

    Cuando me quise dar cuenta, la sala estaba llena. Y los Tete, Niko, Jero y el nuevo batera (luego hablaremos de él…), bajando las escaleras para entrar en acción. Y como una metáfora de mi ‘ausencia metalera’ en tan prolongado espacio de tiempo, abrieron fuego con “Tras las rejas”. Rejas que cayeron de manera instantánea a los primeros acordes del tema casi a la par que una lagrimilla de emoción que logré contener. Pero esto no se lo contéis a nadie… Era mucho tiempo y, aunque no es de mis temas predilectos, sí lo sentí así. Sí lo es la canción con la que continuaron pues la siguiente fue “A morir”. A morir estaba toda la sala con Saratoga. ¡Qué espectáculo! Pero como quedaba muuucho concierto y muuuucha noche, me acordé de usted, leal lector/a, que no pudo venir a verlo en directo (o vino a verlo y quiere revivirlo) y decidí grabar este temazo para su gozo y disfrute.

Tremendos. Saratoga había venido a Sevilla a arrasar, a barrernos con su vendaval de temazos uno tras otro. Y tras esa maravilla, cayeron “No sufriré jamás por ti”, “Maldito corazón” y “Mi ciudad”, pues estamos en Sevilla y aquí hay que… ejem, como se encargó de recordar convenientemente Don Tete Novoa, un frontman espectacular que no dejó de moverse por el escenario y conectar con un público entregado.
“A sangre y fuego” precedió a “El vuelo del halcón” y a un himno que no debe faltar en ningún recopilatorio de Saratoga, por mucho que hayan querido dar cabida a otros temas que son menos habituales o que han tenido menos reconocimiento. Y este tema es… obvio, “Vientos de guerra”.

Es difícil dilucidar cuál sería el mejor tema del grupo pues tienen muchos temas bestiales, pero sin duda, este estaría en la terna de los mejores. A estas alturas el público estaba ya rendido a los de la ‘salamandra’, que decidieron hacer un alto en el camino y dejar ‘sólo ante el peligro’ al estepario siberiano… quien se metió en el bolsillo a todos y cada uno de los presentes desde el minuto uno, pero sobre todo, con este sólo que se marcó. 

De nombre, Jorge Garrido. Este YouTuber (me quedé loco cuando me enteré) tenía la difícil misión de hacer olvidar a Dani. Mejor dicho, de estar a la altura de un gran batería. Olvidarle va a ser difícil, pero que el Estepario se ha ganado el respeto quedó patente desde el minuto uno. Qué manera de tocar la batería. Qué velocidad de brazos. Qué fácil parece al verlo y qué decepción cuando intentas imitarlo. Y él, ahí, con su cigarrito en la boca como si la cosa no fuese con él. De locos. ¡Qué puto crack!

De Niko del Hierro y de Jero Ramiro, perdonadme que no me detenga en ellos gran cosa, pero es que se acaban los calificativos con esos dos figuras. Como siempre, de diez. Niko conectando con el público (intentó subir a una niña que estaba en el lateral del escenario, pero la pequeña no quiso, quizá abrumada de tener tan cerca a su ídolo). Jero más a su rollo, con su típica gesticulación que parece que es uno más de los que está entre el público. De mayor quiero ser como él. Qué manera de disfrutar de su ‘trabajo’ (ojalá mi trabajo fuese tan placentero como el suyo).

Tras el vendaval siberiano, vino el momento tierno con “Si amaneciera” y la típica estampa que pide Tete de pedirnos que iluminemos con los móviles. Aquí, Novoa se permitió ‘trolear’ a uno del público que aprovechó que cogía el móvil para entrar en whatsapp y Tete lo pilló y le dijo que dejase el whatsapp, que si a esas alturas no tenía plan ya luego no lo iba a tener… con las consiguientes risas del respetable.

Tras el amanecer, se abrieron “Las puertas del cielo”, dejó su sello en forma de sólo Niko del Hierro y enlazaron tres canciones como “Si tú no estás”, “Lejos de ti” y “El olvidado de Dios” antes de largarse… ¿Largarse? Esto es Sevilla y aquí hay que… ejem, pues eso, que todavía quedaba tela por cortar y cuerdas vocales deshilachadas pero no rotas. Fue el turno de “Perro traidor”, con la que la sala, sabiendo que ya entraba el concierto en la recta final, se terminó de volcar. Quiso la banda echar más leña al “(Rojo) fuego” antes de cerrar el concierto con “Resurrección” y la ya habitual bajada del escenario de Tete Novoa para cantarla entre el público, más aún, enfervorizado. Fue el único momento que me permití abandonar mi lugar y mezclarme entre el gentío, no quedaba otra si quería grabar ese momento (y también quería disfrutarlo, aunque fuese de forma efímera, para qué negarlo).

     Y tras esto, acabó un concierto de más de dos horas, una vuelta después de casi dos años, pero por todo lo alto. Tete, Niko, Jero y Estepario saludaron desde el escenario, se hicieron la foto de rigor con el público… y también con la pequeña a la que Niko finalmente conquistó. Todo antes de meterse entre pecho y espalda siete pizzas que vimos cómo les subían los que esperábamos que bajasen para unas fotos, jaja. Pero cumplieron y bajaron. Bueno, esa última frase es realmente innecesaria. SARATOGA SIEMPRE CUMPLE.

Texto y fotografía: J. Fajardo «Heavyer».

2 comentarios

  1. Buenas.
    Muchas gracias por esta estupenda crónica, que refleja lo que pasó allí.
    Una pregunta: me tuve que ir antes del final, justo después de Perro Traidor. ¿Tocaron Rojo Fuego?
    Por otra parte, también tocaron «Como el Viento» justo antes de los bises.

    Muchas gracias

    Jesús

  2. Pablo Aliscar

    Hola Jesús. Gracias por tus palabras que ayudan a seguir avivando al fragua EdeM. Hemos hablado con J. Fajardo y nos dice que SÍ la tocaron. Hace referencia a ello cuando pone: «echaron más lena al (rojo) fuego…»
    Saludos y esperamos seguir viéndote por aquí.

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