Crítica Dry River

La extemporánea crítica de un disco imprescindible

 

Material a pulir: DRY RIVER

Disco: “2038” (2.018)

Procedentes de: Castellón de la Plana

Estilo: Rock progresivo

Discografía:

    • «El circo de la Tierra» (LP; 2.011)
    • «Quien tenga algo que decir, que calle para siempre» (LP; 2.014)
    • «Rock & Rollo… Y caña!»  (Directo; 2.017), 
    • «2038» (LP; 2.018),
    • «DC» (2.019).

Sello discográfico: Rock Estatal Records

Redes Sociales:

Web: www.dry-river.com

Facebook: DryRiverCS

Instagram: dryriver

Youtube: DryRiverBand

Twitter: DryRiverOficial

 

Autor de la reseña: Antonio J. Álvarez

Me gustaría hablaros del “disco que cambió la historia de la música”… podría ser el inicio de esta crónica, pero parecería harto petulante, a la par de, probablemente, incierto. 

Sin embargo, he de hacer un inciso: Si no te gustan los Dry River o incluso el Rock (en cualquiera de sus vertientes: progresivo, melódico, “hard” etc…)  te recomiendo no sigas leyendo. No tengo ningún inconveniente en manifestar, desde el inicio de la presente reseña, que la misma es una entregada y sentida oda al espectacular trabajo de estos castellonenses que, sin remilgos, confieso que me han enamorado desde la primera vez que tuve la ocasión de escucharlos, refrendando, con honores, las buenas sensaciones que percibí de ellos en estudio con su directo del Leyendas del Rock 2.019, donde me dejaron completamente entusiasmado con su sonido y propuesta.

Tendré que contenerme para no extenderme en demasía en las muchas aristas que tiene todo el proyecto en su conjunto y que, tras investigar por Redes, es fácil comprobar el cariño y pasión con los que se “parió” este plástico, allá por 2.018, pero que entendimos, desde Esquirlas de Metal, que aun extemporáneamente, tenía que tener un hueco destacado en nuestra sección “Críticas L.D.”  Importante denotar,  antes de empezar a analizar el listado de composiciones, las siguientes cuestiones:

Primero de todo, he de poner en contexto a nuestro lector:

2.038 parte de la premisa de un grupo de rock que creó, en  2018, un disco que ”cambió la historia de la música”, como apuntaba más arriba, y ellos mismos son los que recuerdan y enarbolan, ya en el año 2038 el recuerdo de un proyecto que también cambió sus vidas. 

Atractivo punto de partida, ¿verdad? Pues os invito a visitar el perfil de Youtube donde aparecen “mini documentales” (de no más de 2 minutos cada uno) donde los miembros de la banda,  caracterizados con 20 años más, explican el sistema de composición de las canciones del disco supuestamente creado hace dos décadas. El sutil humor y el concepto “meta música” incluido en el falso documental es digno de elogio, pues acerca al fan a la labor compositiva de la banda desde un punto de vista que, al menos un servidor, no había visto antes en ningún grupo desde esta perspectiva tan cachonda. Sigamos:

En segunda instancia, me gustaría destacar el atractivo trabajo realizado por el grupo en lo que a imagen y repercusión audiovisual se refiere. Me explico: Un buen surtido de canciones tiene soporte en forma de videoclips muy bien planteados, aprovechando el recurso de un teatro donde reunieron a amigos y familiares, y otras tantas, como Pean o Perder” el Norte tendrán su propio soporte del disco en directo que saldría tras este «2038«, es decir DC, del pasado año 2019.

Por otro lado, hemos de apuntar la estética tan diferente que se marcan los Dry River. Salen al escenario con trajes y corbatas. No tienen pinta, a priori, de estrellas del rock al uso. Son gente como tú y como yo y, ¿sabéis qué? a mí me funciona esta indumentaria. Me parece tan llamativa y salida de lo convencional, que hace que no te olvides de que los viste en algún festival, todo ello si su propia música no fuera algo que hacen a los Castellonenses inolvidables.  

Con Perder el Norte inicia nuestra andadura en 2038, donde se nos habla de la crisis de los primeros años de siglo, afrontándola, eso sí,  de forma positiva. Desde el principio de la composición ya nos percatamos de que estamos ante un disco de rock eminentemente progresivo, con una elegante melodía de teclado sintetizado que se hermana con el “lead” de guitarra de Carlos Álvarez y una ruptura de estribillo atronador de don Angel Belinchón,  que presagia la exquisita labor compositiva del trabajo que no ha hecho más que comenzar. 

Fundido a negro es un temazo. Tan sólo el épico inicio, acompasado inmediatamente con riffs espectaculares de Carlos Álvarez y Matías Orero, ya  somos conscientes de que estamos ante palabras mayores. Recomiendo visionado de videoclip. Interesante propuesta de letra que sirve de crítica al cambio climático. Se trata de una canción compositivamente muy compleja, que recuerda, y podría ser de hecho, de cualquier B.S.O. de cine (del bueno).

“Fundido a negro, punto y  final. Nuestra historia no se contará”

Rómpelo  es una composición con tintes muy rockeros, muy de la vieja escuela, que contiene además riffs bastante complejos y pegadizos, “a lo Mr. Big”, según sus propios integrantes.  Típica melodía que te hace mover las caderas, sin que te des cuenta, porque destaca, y bastante, la línea de batería.  La inclusión de sonidos provenientes de instrumentos de viento al final de la descarga acaba haciéndola, si cabe, aún más redonda.

De esta cuarta pista, sólo tengo palaras de elogio. Y ello se resume a que, además de ser, a mi humilde modo de ver,  una obra maestra, fue la primera composición que escuché de los castellonenses y, a partir de aquí, nuestro idilio fue innegable.  Es la balada por antonomasia, preciosista, exquisita y sobre todo, emocionante. Pero, aparte de eso, que no es poco, tiene una letra profunda que nos habla de llevar mal el paso del tiempo. Si la voz del sr. Belinchón es perfecta en su registro, las guitarras y sobre todo el teclado en este “track” son una delicia. Si todo ello lo acompasamos con un coro jodidamente épico en su parte final, lo cierto es que has de ser de piedra si esta canción no te transporta a lo más profundo de tu ser. En serio, no exagero. Os invito a todos a escuchar (y ver en forma de video clip) sólo este tema de los Dry River para que corroboréis el porqué de mi entusiasmo con esta banda en general y con Me va a faltar el aire en particular. 

Me pone a cien es, con diferencia, la canción más divertida del disco de una banda que, de por sí, es divertida. Va en su propia idiosincrasia, razón por la cual, y de inicio, puedo entender que sea la que menos encaja  en las primeras escuchas. Sin embargo, hay que admitir que la ácida crítica que contiene su letra está tremendamente bien conseguida. En su ritmo, el grupo se auto relaciona con Bruno Mars, en una “cover” que realizó de Valerie, de Amy Winehouse. Lo interesante de esta composición es la  mezcla de estilos de los que hace gala la banda. Insistimos: sin complejos. A cada escucha gana enteros lo versátil y eclética que es la canción, y ojito con el agudo final de Angel… Es super heavy!  Recomiendo ver igualmente el desenfadado videoclip que acompaña a este tema.

Hablando de la idiosincrasia del grupo, cuando hablábamos en Me pone a cien de ella, nos referíamos  a su arista más divertida. Sin embargo, hay otra que los representa, y es precisamente el siguiente corte del disco, llamado Camino”, cuyo contenido, muy currado por cierto, se puede resumir en una simple  frase:

«Lo importante no es el final, es el camino”.

Me gusta pensar que es el perfil de canción que, a modo de himno de su encantador estribillo, te puede ayudar en aquellos momentos en los que te preguntas el porqué de dedicar tu tiempo a aquello que en principio no tiene por qué retribuirte económicamente, pero que, sin embargo, te da aquello que necesitas para tener satisfacciones que, desde otra perspectiva no te da ninguna otra cosa. Tu “hobbie”, tu pasión, tu ocio… Todo ello queda perfectamente  ensamblado en este tema, que tiene tintes de auténtico heavy metal de los 80. Destacable el  precioso “Groove” del teclado de Martí Bellmunt.

Al otro lado tiene tintes blues que sobresalen por todos los costados. Dry River pisan el freno y nos regalan una composición alejada de la tónica llevada hasta el momento en este 2.038. Lo he leído en otras reseñas del disco y quería evitarlo para no repetirme, pero lo cierto es que los coros de Estefanía Mateo y Sandy, suenan ineludiblemente a Pink Floyd de una forma brutal. Enternecedor el saber que la letra de esta bellísima canción está dedicada a la perrita de Ángel Belinchón,Luca”, quien se fue “al otro lado”:

 “Tengo que aprender a hacerme mayor,y aceptar tu marcha, para recordar sin dolor”

Pese a que en principio, Cautivos no me “capturó”  (no entiendo el porqué) he de confesar que, a la fecha de la presente reseña, este corte Folk/Country es de mis preferidas del disco. Me encanta el dinamismo de la composición, que comienza con un riff precioso y característico. Sólo en la primera estrofa de la canción es difícil que no se te erice la piel. Vuelvo a recomendar encarecidamente el visionado del simple y preciosista videoclip que se marcan los Castellonenses, dejando que parte de la letra sea cantada por los asistentes a su directo. Canción intimista y bonita a raudales, la considero uno de  los puntos más fuertes de 2.038. No os la perdáis!  

No quiero que te hagan callar, no quiero irme a dormir. No quiero que me digas que es verdad, que así está bien, así. No quiero seguir su manual, no quiero trasnochados al timón. No quiero volverte a ver llorar, por eso hoy me voy, me voy….”

Peánes la macro composición de 2038. Más de 10 minutos de excelsa composición, apabullante, épica y con potencia a raudales, nos lleva a las líneas del más puro heavy metal progresivo con tintes de 0pera rock. Se trata de un tema con muchísimos matices en todo el transcurso de su larga extensión que viene a enarbolar el “leitmotiv” de los canticos de guerra que utilizaban para intimidar a los enemigos: El peán. Una auténtica delicia auditiva con un estribillo endiabladamente cantable para destrozar hasta las gargantas más curtidas en las batallas de los directos.

Pd: Si el tema  es de por sí es incontestable, en el LD posterior ya referenciado («DC«) «Peán» sería cantada a dúo con el maestro Ronnie Romero. Recomiendo escucharla con esta colaboración, para llevar Peán aún más arriba en su perfección.

ConCon la música a otra partelos castellonenses sacan el pie del acelerador. La canción que da cierre a 2038 rebosa puro Rock and Roll por todos los costados. El “riff” de guitarra del sr. Álvarez es una auténtica apisonadora allá por la mitad del “track”, amén del buen hacer del baterista, Pedro Carrasco, que te invita a mover las caderas. Me parece un más que digno cierre al disco que, por la propia narración de la composición, te hace esbozar una sonrisa cuando van sonando las última notas de «2038«, siendo conocedores de que hemos escuchado un LP redondo.

Prometí no excederme en la reseña. Obviamente no he cumplido. Quizás en la próxima.

En este caso, no he podido evitar destacar que, indudablemente, se trata de un disco exquisito, con matices, salpicado de una composición y producción de increíble calidad. Hacía muchos años que un disco no me cautivaba de una manera tan radical, sin concesiones. No hay canción mala, porque el «2038» es un proyecto redondo y bien trabajado. No hablamos de un disco de tres temas puntero y “ya”. Hablamos de que cada descarga es un descubrimiento a paladear a pequeños sorbos.

Y todo ello lo puntualizo porque creo que hablamos de un grupo sin pretensiones, ya que rezuman naturalidad y humildad por los cuatro costados  pero, sobre todo, se trata de un grupo sin complejos. De ahí la grandeza de su sonido y su puesta en escena, divertidísima y atractiva, por lo que, y en resumidas cuentas, se trata de una banda que todo el mundo debería escuchar.


“En fecha 21 de Octubre de 2.019 Dry River anunciaría el abandono del proyecto de Carlos Álvarez, siendo sustituido por el guitarrista Guillermo Guerrero, a quien le damos la bienvenida desde Esquirlas de Metal, estando ansiosos de ver su buen hacer encima de las tablas.”

Grados
Por Antonio J. Álvarez - 980º/ 1000º

Un comentario

  1. Pablo Alarcón

    Fantástica reseña. Seguro que más de uno/a le dará al play a ese 2038. Enhorabuena.

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