"Historia de una Metalmorfosis Brutal”.
A la hora de preparar un reportaje especial, monográfico, sobre una banda, el factor esencial para arrancar, para mi, es el motivacional. Debe apetecerme, y con Barón Rojo, aparte de estar por la labor, tenía algo así como una deuda pendiente, o mejor dicho, quería sumergirme en la historia de una de las bandas de Rock duro más importantes de España, si no la número uno.
Fue el primer grupo de Heavy que aterrizó en en mi hangar auditivo, allá por 1.987, con 12 años, cuando un amigo y compañero de clase que se quedaba en casa a hacer los deberes en una de esas tardes se trajo una casete, no recuerdo si era el disco “Metalmorfosis” o una recopilación de canciones, y me puso el “Casi me mato”. Mi reacción al cabo de un rato en el buga de los Barones fue de estupor y más bien rechazo. Nunca había escuchado con detenimiento una propuesta musical semejante y me costó asimilar tal sonido y letra.
«En este artículo especial analizaré su carrera y abordaremos las circunstancias que propiciaron el ascenso meteórico a las nubes del Heavy Rock patrio y la caída en picado hasta casi destrozar la nave espacial.»En este artículo especial analizaré su carrera discográfica insertando notas propias, impresiones, referencias del único libro biográfico que existe en la actualidad (son dos del mismo autor, el segundo actualización del primero) y artículos de prensa, comentarios sobre sus álbumes y también abordaremos, juntos/as, las circunstancias que propiciaron el ascenso meteórico a las nubes del Heavy Rock patrio y la caída en picado hasta casi destrozar la nave espacial. Ello será bajo mi perspectiva pero intentando ser lo más objetivo posible, tirando de documentación contrastada (bibliografía, artículos y demás herramientas). Hay escritos sobre la biografía del grupo muy completos y válidos. Mi objetivo no es ser tan aséptico, en el sentido literal del vocablo (neutral, frío), sino que me mojaré dando mi opinión y valoración, del arte fundamentalmente, pero también del contexto extramusical. Y sobre todo haré hincapié en las letras, en su forma y contenido, esas historias contadas de manera singular, rompedoras para la época, con un empleo del lenguaje sui generis llevándolo a nivel de culto en no pocas ocasiones.No me pararé demasiado en ciertos aspectos de la banda conocidos por la mayoría (previo a formarse B.R.), que para eso hay varios libros sobre su biografía y el Rock de los ´70, muy interesantes, en especial el escrito por el periodista Mariano Muniesa “Barón Rojo. La leyenda del Heavy Metal español” (Quarentena Ediciones, 2.013), documento que tendré presente para ir insertando algunos comentarios/impresiones de la citada persona y datos varios de interés (excepcional trabajo de investigación el suyo).
«Como copilotos reclutaron a José Luis Campuzano Sherpa, al bajo y voz, y a Hermes Calabria, baterista. Sin embargo, pronto la personalidad y talento de Sherpa dejarían claro que de piloto de apoyo tenía poco.»
«Apenas se suele mencionar al quinto integrante de Barón Rojo, una persona sin cuya implicación y participación desde la sombra y sin cuyo talento la historia triunfal de la formación madrileña no hubiera sido tal: CAROLINA CORTÉS.»
Sí, ella no era músico, no era componente oficial, pero firmó siempre junto a su compañero Campuzano, infinidad de composiciones, exactamente28 (de las 65 que editó el grupo hasta su quiebra, hasta el “Obstinato” de 1.989, el 43% del total de la era clásica, casi ná).
Así pues, es irrefutable que merece un mayor peso en la historia de una de las formaciones más grandes del Heavy Rock español.
Quizá ella sea el ejemplo vivo de cómo ha sido tratada la mujer en el ámbito del Rock desde siempre, pero esto sería debate de otro artículo.
Así las cosas, se juntan en un nuevo grupo talento y ganas por abrir brecha en un género como el Heavy Rock que en pañales deja atrás el tirón que años antes ha gozado el Rock de tintes más sinfónicos, progresivos (Asfalto, Bloque, Coz, etc). Surge el Heavy Metal en nuestro país, con rostro de aviador. Pero no sólo talento, porque las personalidades fuertes también están presentes en el seno del Barón, y desgraciadamente ellas marcarán su devenir, pues no llegará a convertirse en ese grupo que la familia Heavy española y en especial toda su fanaticada siempre soñó. Pudieron ser los más grandes, la banda más importante de España e Hispanoamérica, sino de mayor expansión geográfica. Pero esta cuestión es objeto de estudio posterior. Sigamos con los primeros vuelos… y hablando de proezas, su primer larga duración, su estreno en las nubes, fue “Larga vida al Rock and Roll”, publicado en 1.981.
En cortes como “C.B.S.” se irá viendo una de las características principales de los Barones, quizá lo que más les diferenciaba del resto de agrupaciones de la época: la singularidad de sus composiciones y de sus letras, sello B.R., empleando un vocabulario cuidado, al que podríamos denominar de culto hasta cierto punto, pues usaban términos que no solían verse en estructuras musicales y que tampoco era común encontrar en el lenguaje de la calle de aquellos años, cuando España bostezaba democracia y aún teníamos mucho analfabetismo.
Ese selectivo y atractivo uso léxico acompañado de un saber encajar frases y conceptos, darían con la fórmula mágica para transmitir el mensaje deseado, y único, de casi cada canción.
Valga como prueba la lírica, satírica, socarrona, directa pero implícita y cruda, de la mencionada canción “Con botas sucias”.
«Usaban términos que no solían verse en estructuras musicales y que tampoco era común encontrar en el lenguaje de la calle de aquellos años, cuando España bostezaba democracia y aún teníamos mucho analfabetismo.»
porque a palos me enseñaron, su religión.”
Tras el éxito sin precedentes de “Larga vida al R´n´R”, siendo disco de oro y con gran acogida por parte de fans y prensa (sonaron mucho en radio y dieron salto a la tele), su compañía de discos Chapa/Zafiro decide invertir más y mejor en el que será el segundo y más aclamado elepé de su historia, “Volumen brutal”, para el que volarán hasta los estudios propiedad del famoso Ian Gillan, ubicados en Londres. Allí consiguen ese plus en producción además de marchamo, prestigio por el nombre de los Kingsway R. Studios.
A la par, se abrirán camino en territorio foráneo y lo dejarán expedito para que lo recorran otras bandas nacionales (Héroes del Silencio, Tierra Santa, Ska-P, Sôber, Mägo de Oz, Angelus Apatrida… todas obtuvieron ticket to show gracias de alguna manera al legado B.R.), pese a que Asfalto ya pisaran suelo británico antes que ellos (el 20/10/1978), pero Barón lo hizo en otra tesitura y con verdadero éxito.
Aunque siempre vigiléis y mis datos proceséis,
¡¡Resistiré, resistiré hasta el fin!!”
“Con el rock ‘n’ roll puedo desencajar
por Janis, Lennon, Allman, Hendrix, Bolan, Bonham, Brian y Moon.”
Sobre estas líneas, tres Barones con el polímata Bruce Dickinson, quien les ayudó a desambarcar en U.K. (foto sacada de DrFrankensguitar.com). Abajo, Barón en el famoso Marquee londinense.
– Contar con una versión en inglés, que ayudó a promocionar el nombre del grupo sobre todo por Inglaterra, donde dieron bolos muy reseñables y contribuyó a expandir el mítico Barón (en un principio, conocidos como Red Baron).
«[Barón] se hizo un importante hueco en los medios nacionales. La televisión fue un gran espejo convexo de nuestra música, amplificando nuestro Heavy Rock.»
¿Contamos con otra obra a la altura de “Volumen brutal”, el culmen de nuestra música? Posiblemente no, al menos es la opinión generalizada cuando uno busca información al respecto, lee artículos relacionados o biografías varias. Y ello por los motivos que hemos esbozado antes. Sin embargo, sí podríamos hablar de algunos trabajos que se aproximan a la idiosincrasia de semejante creación, a mi entender, discos como los propios de los Red Baron “Larga vida al Rock and Roll” o “En un lugar de la marcha” (con piezas exquisitas como “Hijos de Caín”, “Caso perdido”, “Breakthoven”, “Cuerdas de acero” o “Chicos del Rock”).
También podríamos citar álbumes como el “Senderos de traición” de Héroes del Silencio, obra cumbre que les catapultó al estrellato, supuso giras internacionales, aparición constante en medios generalistas y legiones de fans; el “Por instinto” de Barricada, sus mejores ventas y consolidación de banda grande; Extremoduro puede ser otro espejo en el denominado Rock Urbano, pero de aparición más reciente. Su «Agila» supuso la línea roja entre el Extremoduro de lo chabacano y lo más in, las grandes masas, sonando en radiofórmulas como algo normal; SKA-P con su creación «El vals del obrero», disco de platino con más de 125.000 copias, otro fenómeno de masas entre la juventud española y con tremendo eco y éxito en latinoamérica y países europeos como Italia y sobre todo Francia, inflando ventas con multinacional de respaldo y apariciones hasta en Los 40; otro candidato es «Sin tiempo» de Medina Azahara, álbum que vendió mucho, les abrió las emisoras comerciales (como Cadena 100) y al gran público, y que supuso su inmersión en el mainstream. Se les acercan pero no llegan.
Quizá “La Leyenda de la Mancha” y sobre todo “Finisterra” de Mägo de Oz sí sean dos buenos ejemplos, reuniendo este último redondo muchas de las nombradas razones para convertirse en uno de los discos con mayor éxito de la historia de nuestra música, sin duda alguna, pese a los ataques de cierto sector reaccionario de la escena. Pero esto es estudio de nuevo monográfico, que algún día llegará a Esquirlas, seguro.
Lástima que cuando el triplano marcaba rumbo imparable y con propulsores a tope, a la par que rozaban el cielo, las fuertes personalidades de los cuatro pilotos, los egos, la fama que asomaba, la pésima gestión de su sello y, considero, ese contrato tácito, no firmado pero asumido, por el cual los hermanos De Castro estipularon unas cláusulas cuasi leoninas para Sherpa y Hermes (iban por separado a los conciertos, se alojaban en hoteles diferentes, tenían camerinos separados…) por el miedo a revivir la etapa Coz, todas estas circunstancias, digo, cuando estaban en pleno apogeo, hicieron que el motor de Barón empezara a tener síntomas de gripado y su vuelo entrara en barrena al poco tiempo de despegar y alcanzar un éxito sin precedentes en la historia de nuestro rollo.
“Metalmorfosis” (1983), qué gran título para simbolizar la gran transformación que experimentó nuestro Rock, mutando de piel y adquiriendo una textura más dura, ocurrencia, como no podía ser de otra manera, de la gran Carolina Cortés.
“El malo” es otra ráfaga de creatividad, en clave de actor malote donde se cuenta la historia de un chico que admira a esos personajes de pelis de acción que practican el mal y que tras emularles en la vida real, se da cuenta de que no lleva a nada bueno.
Otra composición remarcable es «Tierra de Vándalos», por ese romance críptico.
Hay tres temas a los que desde mi óptica se puede hilar con un denominador común, con esta ecuación argumental: letra con valor por el mensaje, música sin gancho pero con ese pasaje guitarrero marca de la casa de Castro.
«Diosa razón»: Cordura, pensamiento racional frente a inventos de fe y demás cortapisas para la evolución.
«Se escapa el tiempo»: Divertida y desenfadada la letra, destacando el duelo guitarra/bajo en mitad del corte.
Cierro capítulo con “Casi me mato”, especial para mi por ser esa canción primigenia, la primera que me llevé a la oreja del Barón.
Como anécdota, indicar que por problemas de espacio en elepé, de minutaje, se quedaron fuera del disco los temas «Invulnerable» y «Herencia letal», que fueron incluidos en un casete y en un single de regalo que se adjuntaba al LP. (esta última, canción «oficial» versión balada en «Obstinato»)
Antes de encarar el siguiente disco, el cuarteto clásico editó un directo de masivo éxito llamado «Barón al rojo vivo», en 1984, con el archiconocido y recientemente fallecido Chris Tsangarides a los mandos.
Para mi, obviando “Volumen brutal” y las características singulares en que vio la luz, el mejor disco de Barón Rojo. “En un lugar de la marcha”.
pero le tachan de vulgar
por que defiende que en el Rock
hay un mensaje cultural.
Dice que el gran Beethoven hoy tocaría Rock,
aunque le ataquen mantendrá su opinión […]”
Por otro lado, en cuanto al aspecto vocal, sin terminar de gustarme Carlos como singer, reconozco que aquí hace una magnífica interpretación. Si en lugar de cantar él hubiera susurrado semejante canto a ser uno mismo J. L. Campuzano, ¿hubiera sido el culmen?.
en que tuvo conciencia casi sin querer,
de que se estaba convirtiendo
en un perfecto ser normal.
Rompió todos los moldes no quiso aceptar
un mundo tan vacío de creatividad,
se fue a buscar otros lugares
dejó su casa y su ciudad.
Un caso perdido, un hombre sin moral
un caso perdido para la sociedad.
Vagó sin rumbo fijo
quiso disfrutar vivió mil aventuras
noches sin final.
Nunca fue un hombre de negocios
siempre se abstuvo de votar.
Un caso perdido
un hombre sin moral
un caso perdido
para la sociedad.
Hoy no se tiene que preocupar
de conservar un capital,
vive al día en su refugio
no tiene nada que ocultar.
Cuentan que estando cerca su hora final
pasó de toda ayuda espiritual
su testamento fue muy corto
fue un hombre libre de verdad
un caso perdido
un hombre sin moral
un caso perdido
para la sociedad
un caso perdido
un hombre sin moral
un caso ganado
para la libertad.”
eres símbolo de libertad,
yo nunca podría vivir
sin tus cuerdas de acero tocar.”
de la cita familiar
hablan de sus pocos momentos
de libertad,
donde irán no hay muchas opciones
para ellos no hay lugar
pero hay lago que los une
los distingue la pasión del heavy rock
es su fuerza, su razón de vivir.
Sueñan con tener la guitarra
que alguna vez
comprará su madre a escondidas
si la pueden convencer
no le entiendo murmura su padre
es por la edad
siempre tiene esa música a tope
con el tiempo cambiará.”
«El repertorio viene cargado de composiciones armoniosas, rebosantes de melodía y con más carga poética, como podemos apreciar en Cuerdas de acero, Caso perdido o Hijos de Cain”.
Al margen del análisis musical, en el plano internohabría mucha convulsión. En 1.986 expiraba el contrato discográfico con Zafiro y el grupo tenía serias expectativas de cambiar de compañía, de dar el gran salto a una de las más poderosas y competentes: EMI, que se muestra interesada en nuestros Barones y con quienes se produce contacto, pero que lastimosamente queda en nada. Otro motor averiado, un gran palo como nuestros protagonistas reconocen en prensa.
«Deben renovar con Zafiro, el coltán de la época, pero la disquera del Opus seguiría missing y continuaría siendo el particular baño de sangre de Barón, su maldición. No moverían un dedo por la banda, nuevamente.»
Ello, unido al auge de otros estilos musicales, el Hard Rock/Glam en norteamerica y pujante en Europa con la consiguiente pérdida de peso del Heavy Clásico y la irrupción del Rock Urbano y Rock Radikal Vasco en clave nacional (Barricada, Suaves, Platero, La Polla Records, la vieja escuela Eskorbuto…), hizo que la escena se resintiera y los propios Barones entraran en barrena, traducido en relativa pérdida de interés de fans (una parte buscarían esos otros estilos en boga, otra perdieron la fe en quienes fueron los Ases del Cielo), pérdida de caché, menos shows y mal pagados, pésimas relaciones entre los músicos y mala gestión del management y compañía.
FIN PARTE I, aquí puedes coger el vuelo para la segunda entrega del reportaje:
* Créditos/fuentes:
Fotos que aparecen en este reportaje, sacadas de internet. La mayoría tiene procedencia y autoría concreta y se especifica en el pie de cada archivo.
Fuentes: Libro «Barón Rojo. La leyenda del Heavy Metal español» del periodista Mariano Muniesa (Quarentena Ediciones, 2.013) / Diversos artículos y consultas de internet.
Reportaje de: Pablo Alarcón «Aliscar»