Soplete en vivo: Franck Carducci en Sevilla. Sala Even, 2 de febrero de 2025
Cuando lo desconocido sorprende muy gratamente.
Hace años nos quejábamos de que en Sevilla, y en el sur en general, había poquísimos conciertos. Era la época dorada donde comprábamos vinilos y cd´s y los exprimíamos al máximo, e ibas donde hiciera falta para ver a esos grupos, pero que si pasaba por tu ciudad cualquier artista que más o menos cuadrase con tus gustos musicales, pues ibas porque era de lo poco que tenías posibilidad de tener más a la mano.
Ahora, entre masificación de conciertos y festivales, precios elevadísimos y la proliferación de multitud de agrupaciones, en esta época de consuno rápido al igual que la comida, suele pasar lo que ocurrió el pasado domingo en la Sala Even.
Uno que siempre está ávido de música en directo, y que está perfectísimamente informado de todo lo que se cuece (sobre todo cerquita) gracias a nuestro calendario, magníficamente llevado por nuestra compañera Mía Wallas; además de que la curiosidad musical me tiene siempre inquieto, pues indagué un poco en la discografía del intérprete francés a ver si cuadraba dentro de lo que me podría satisfacer. Un domingo por la tarde, hora temprana y 12,50€ la entrada anticipada, pues mira; buen plan ¿Qué puede salir mal?

Nada más entrar en la sala puntualmente a las 19,30 tal y como estaba anunciado el comienzo, el impacto fue desolador. Mucha culpa creo la tuvo una pésima promoción. No contactaron con medios (de hecho no se todavía muy bien quien lo organizó o si fue autogestionado por el mismo artista), sólo alguna publicación en redes y poco más, pero que únicamente estuviésemos dos personas de habla española, y en concreto de la misma ciudad es para echarse a llorar. No sabemos si el resto de público (una docena de individuos, no más), eran acompañantes, adeptos o extranjeros que conocían y admiraban su arte y por eso estaban allí. Nos quedamos con la duda.

Pues tengo que decir que el señor Franck Carducci acompañado (muy bien) del Escuadrón Fantástico dieron un señor espectáculo. Comenzaron con su tema más rocanrolero y movido titulado «Slave to Rock ‘n’ Roll», que era el que más me sonaba de haber escuchado algo en Spotify, y buah, que trallazo para arrancar. A partir de ahí, temas con partes progresivas, cambios de interludios más lentos a rápidos y duros, solos con mucha melodía y feeling por parte su guitarrista Barth Sky, toques blues y sones sinfónicos a lo Supertramp, los primeros Génesis, o Yes.
Si a todo esto le sumamos el aspecto estético, muy hippie setentero, y la variedad de coreografías y de espectáculo visual gracias en muy buena parte de la cantante, corista, bailarina y multi-instrumentista Mary Reynaud, resultó un show de lo más gratificante y atractivo.

Como bien ha dicho mi pareja conciertal, la impresión al entrar en la sala fue desoladora. No recuerdo haber estado en un concierto con tan poca gente; pero eso no fue motivo para que tanto público como banda se entregaran al 100%, lo que dice mucho de la profesionalidad y compromiso de los músicos.
En este caso, el frontman no tuvo que invitar a los asistentes a ocupar la primera fila, los asistentes éramos la primera fila y de ahí no nos movimos para arropar a los franceses durante todo el show. Un show cuanto menos… peculiar, porque a parte de calidad musical y espectáculo, fue muy divertido.
Entre canción y canción, Frank Carducci sacaba su chuleta de español del bolsillo y gritaba: ¡Haced mucho ruido! ¡Mucho ruido! Y ahí estábamos nosotros, haciendo todo el ruido que una docena de personas en una sala pueden hacer; pero para ellos fue suficiente y no pareció importarles.
Entre esa amalgama de estilos tan bien combinados, hubo una ocasión en la que me transportó directamente a la época de Zyggy Stardust, de David Bowie, complementado con el ambiente psicodélico que recreaban con luces y melodías.
Todo el grupo participó en unos perfectos coros sin trampa ni cartón. Mary por su parte tuvo una participación bastante protagonista regalándonos momentos con bailes sensuales con tiras de colores, otros ataviada con una capa a modo de alas de mariposa con luces, cantó algún tema solista y hasta hizo un solo con un Theremin, llevándonos totalmente a los años 70 cual cúpula del tiempo.
Hubo también mini-solos para cada uno de los participantes en la supuesta última canción (que por supuesto no lo fue) destacando en especial el trabajo de Léa Fernandez a la batería, que además de impacto visual, como el resto de componentes fue eficaz, precisa, aportó con los coros y apuntar lo bien que sonó.

El show se dividió en varias partes, un inicio más rockero con el tema mencionado, otro más «serio» con discurso sobre ecologismo y en apoyo del planeta», otro más psicodélico y el último, donde hicieron una performance de un loco cuento de Alicia en el País de las Maravillas con un largo tema titulado «Alice’s Eerie Dream» donde se pidió la participación del público (chistes incluidos) y mucho brillo, colorido y teatralidad.
Por si fuese poco, después de este desparrame, volvió a sonar el tema inicial “Slave to Rock ‘n’ Roll” interrumpido abruptamente para alabar a la música totalmente en vivo sin artificios, pedir absoluto silencio y Frank acompañado de una acustica y de todos los músicos al borde el escenario cantar un último tema a capela despidiéndose de manera totalmente triunfal.

Gratísima sorpresa la que nos llevamos con Franck Carducci & The Fantastic Squad. Así que para una próxima ocasión, ¡no nos lo perderemos y os recomendamos que no lo hagáis vosotros!
Y así, estimado lector, es como vivimos este magnífico concierto en la Sala Even.
Texto y fotos: Javier Barrera (JB) y Mia Wallace
Podeis ver mas fotos aquí.