Desentrañando Dvatir

Desentrañando DVATIR

«Hay que ver en los sedetanos un pueblo ibérico que ocuparía el valle medio del Ebro, desde la desembocadura en él del río Gállego al oeste, hasta las fronteras actuales entre Aragón y Cataluña, siendo una de sus principales ciudades Salduie, la antecesora de la Caesar Augusta romana» (Salinas de Frías)

Nos remontamos al siglo III a.C. y avanzamos hasta llegar al año 153 a.C., cuando el nombre de Numancia traspasó las fronteras de Iberia para convertirse en un símbolo de la resistencia contra la llegada de Roma. Después de más de veinte siglos, el rugir del pueblo celtíbero resurgió en la actual ciudad de Zaragoza, y allí nació «Imbolc» (2015). Hoy, tras diez años de una «Numancia» que saltó a la fama, la banda de folk metal Salduie publica su quinto trabajo de estudio: «Dvatir».

Dvatir era la palabra celtíbera con la que se referían a hija. «Hija de una madre, hija de un pueblo, hija de una tribu», una nueva hija de Salduie con la que, en palabras de la banda, «queremos entornar un canto a las hijas de la Celtiberia». Un EP dedicado a subrayar la importancia de las mujeres en las sociedades ibéricas, integrado por cuatro voces femeninas que destacan, así mismo, el papel de la mujer en la cultura del metal.

El pasado 17 de mayo, como parte de su Dvatour, Salduie presentó este trabajo en Sevilla, y el equipo EdeM tuvo la oportunidad de conocer a la banda y charlar sobre música e historia…

Este artículo ha sido escrito utilizando fuentes bibliográficas a las que nos referimos al final de la entrada, así como fragmentos extraídos de las canciones y del libreto del álbum. Además, se han incluido comentarios y opiniones de los miembros de Salduie que obtuvimos de la entrevista concertada con la banda, indicados con el nombre del artista entre paréntesis.

¿Estáis listos para desentrañar este Dvatir con nosotros?

Este trabajo comienza con «Una plegaria a Trebaruna», diosa lusitana, protectora del hogar y de los clanes familiares, a la que la banda apela con una melodía compuesta por Nem. Con esta introducción presentan el primer álbum en el que se desprenden de las melodías tradicionales irlandesas -de uso habitual en el folk metal– para apostar en su totalidad por composiciones propias, como parte de una nueva forma de orientar su proyecto musical: «un cambio en la forma de trabajar, gestionando proyectos más pequeños, singles concretos con melodías propias, sobre los que volcar todo el trabajo; ahora es puro Salduie» (Víctor). 

«Dvatir» es, sin duda, fruto de una evolución musical que arrastra ya más de diez años. Y, sin embargo, con este EP también observamos una vuelta a los orígenes, a este «puro Salduie», con melodías más contundentes y un constante contraste entre el metal más agresivo y el elemento folclórico, sonidos graves y melódicos que nos recuerdan a sus primeros trabajos. Cuenta la banda que «Viros Veramos (2019) y Ambaxtos (2021) fueron una etapa de expansión y experimentación musical. En estos álbumes contábamos con tres voces que obligaban a complejizar los temas. Ahora que somos dos, la voz gutural vuelve a ganar peso, y nosotros hemos optado por volver a un Salduie con temas más directos» (Nem y Daniel). Cuando empezó la composición del EP, Diego Royo todavía formaba parte del proyecto, fue tras su salida cuando las voces se redistribuyeron, adoptando muchas de sus líneas la voz gutural de Diego Bernia.

Continuamos, tras nuestra plegaria a Trebaruna, con la presentación de un video-lyrics, «El canto de las madres», dedicado a subrayar el rol que desempeñaron las mujeres celtíberas como guardianas de la memoria y de las tradiciones de la comunidad. 

«Era propio de los hispanos que, cuando los jóvenes marchaban a la batalla, las madres les recordasen las gestas de sus padres»

(Salustio, Historias, II, 92)

Elizabeth Amoedo (Against Myself) da voz a las memorarentur matribus, a las madres que, mediante sus cantos, construían y mantenían viva la llama de la identidad colectiva: de las hazañas de sus ancestros, de las costumbres y la moral del pasado, y de las proyecciones que éstas debían tener en el futuro. 

Estas hipótesis se sostienen gracias a la interpretación de evidencias arqueológicas como la cerámica que podemos observar en la imagen derecha. Se trata de un fragmento que pertenece al Vaso de los guerreros de la Serreta de Alcoy (Lámina IV) donde se representa a una mujer portando un aulós, instrumento por el que ha recibido el nombre de auletris o flautista. Esta cerámica narra, en una secuencia tripartita, el proceso de iniciación en sociedad de un joven aristócrata, cuyas gestas están siendo sacralizadas y conmemoradas por la música de esta auletris (Olmos y Grau, Cortell Pérez).

Es así que «por medio de la creación de ciclos épicos narraban hazañas de héroes ancestrales. Al presentarlo en forma de cantos, no sólo lograban hacer el relato más atractivo, sino que utilizaban el verso para asentar estos relatos en la memoria» (Dvatir, Salduie). 

Protagonizada por las mujeres preeminentes de la comunidad, se dotaba a la música de un carácter sacro y ceremonial. Recolectoras de la memoria. ¿Podemos conocer qué otros roles desempeñaban en la sociedad? Resulta, en ocasiones, difícil reconstruir con precisión la historia social de las culturas ibéricas. Nos llega, sin embargo, a través de Salustio un episodio singular:

«Los ancianos, en asamblea, aconsejaron la paz. Pero las mujeres empuñaron las armas y, colocándose en la parte más fuerte de ella, se encararon a los hombres y les dijeron que, puesto que se prestaban a vivir sin patria, sin mujeres y sin libertad, se encargaran también de parir, amamantar y demás funciones feminiles. Con estos argumentos se encendió el furor bélico de la juventud, que se rebeló contra el senado»

(Salustio, Historias, II, 92)

Estas voces, que en nuestro «canto de las madres» transmitían el legado cultural a las nuevas generaciones, constituían además un elemento fundamental para dinamizar y alentar a los jóvenes de la comunidad. Adoptando la voz de Xana Lavey (Celtian), Salduie rememora este episodio en el que las mujeres «levantaron las lanzas sin sentir el temor» con el single homónimo de «Dvatir». Alentando a la guerra, evocando la batalla; piezas neurálgicas en el engranaje de una sociedad de carácter guerrero como fue la celtíbera.

Relatoras de gestas, a caballo entre las hazañas del pasado, los acontecimientos del presente y los advenimientos del futuro. Tras la batalla de «Dvatir» nos trasladamos a Clunia, un asentamiento arévaco (Cluniaco) situado al sur de la provincia de Burgos. En el contexto de la Guerra Numantina, cuenta Suetonio en su Vida de los doce césares que una joven profetisa presagió la llegada del «príncipe y señor de todas las cosas», al que el historiador identificó con el emperador Servio Sulpicio Galba (Suetonio, Galba, 9, 2). Este tipo de actitudes religiosas fueron comunes entre los pueblos prerromanos de la península ibérica, interpretadas como estrategias y mecanismos de defensa que permitían a la sociedad augurar la venida de un individuo que se alzase contra la conquista romana.

«Agotada ya la esperanza, sólo quedará el consuelo de una joven que de los dioses, en delirios, es la sagrada voz»

(La profecía de Clunia, «Dvatir»)

Salduie recrea, con la colaboración de Anna Fiori, esta «Profecía de Clunia» en un formato audiovisual, donde traslada a los espectadores al entorno donde se presupone el suceso: la Huerta del Rey, Arauzo de Miel y los altares célticos de Gete (Burgos). Una idea original de David Serrano, producido, grabado, editado y masterizado por Lucas Toledo en Theocide Studios.

La historia se divide en tres escenas: la primera describe el viaje de la sacerdotisa hasta la cueva, representada por Sofía López. La segunda, reproduce el trance de la protagonista. En la tercera, entran en escena unos personajes con vestimenta sacerdotal que aparecen para culminar el ritual, encarnados por Sergio Serrano y Diego Bernia. Esta vestimenta de los sacerdotes está basada en el fragmento de una cerámica numantina que recrea una escena ritual, en la que aparece un individuo con túnica y tocado cónico.

Finalmente se produce la aparición del «príncipe y señor de todas las cosas». Algunos historiadores relacionan a este príncipe con la figura de Escipión, otros han respetado la interpretación tradicional y apuestan por la figura del emperador Galba: en cualquier caso, «una profecía del pueblo celtíbero con la esperanza de que la aparición de un líder invencible les condujese a la victoria sobre los romanos» (San Vicente y Aspuru). En esta línea, cuenta la banda que, dado que la profecía se sitúa 200 años antes de la llegada de Galba, el objetivo en el videoclip era «recrear un personaje que oscilase entre lo celtíbero y lo romano, con idea de ilustrar la visión de esta profetisa que, sin poder representar a la perfección una panoplia romana, estaría presagiando la llegada del emperador» (David y Nem).

Divinidades proféticas con las que conectar a través de la naturaleza, refugiadas en bosques, montañas y manantiales; santuarios conocidos con el nombre de nemetón. Esta sacralización de la naturaleza tenía sus paralelos en las festividades del año, articuladas en torno a un calendario que celebraba el paso de las estaciones, hasta concluir con el ciclo de la fertilidad de la tierra. En «Dvatir» es el turno de «Lugnasad».

«La tradición cuenta que el dios Lug instauró unos juegos funerarios acompañados de un festival, en el que los mejores guerreros y atletas competían para conmemorar la muerte de su madre tras limpiar los montes y colinas para permitir su siembra» (Salduie)

Con la llegada de agosto, en Lugnasad «callan las armas y conceden la tregua», para conmemorar «el momento de bodas y fiestas». Esta vez, Estefanía Aledo (Arise, Mind Driller) participa en el ritual estival con registros melódicos y guturales que han construido un tema con tintes únicos. Nos cuenta Salduie que «es sin duda el tema al que más vueltas se le ha dado, desde la composición inicial hasta el resultado final. Fuimos regrabando partes que terminaron por incluirse varios meses después» (Daniel). «Por esto mismo, Lugnasad es el tema que más me ha sorprendido en su resultado final» (David).

Primero Imbolc (Imbolc, 2014), después Beltane (Belos, 2016), y ahora Lugnasad, ¿podremos esperar un futuro «Samhain»? «No nos escondemos, nos salen las cosas de carambola. Pensamos en Lugnasad porque concretamente tenía relación con el hilo conductor del EP, destacando el papel de la mujer dentro de las alianzas y pactos entre tribus a través del matrimonio… pero la publicación ordenada del calendario ha sido puro azar, esto no estaba preparado» (Víctor y Nem). No tenemos (aún) una noche de Samhain, pero rescatamos, como parte de este ciclo de festividades, una de las primeras canciones de la banda, «Noche de San Juan» (La senda del Cierzo, 2013). 

Sociedades guerreras organizadas en oligarquías y jefaturas militares, tribus adscritas al territorio y construidas en oppida que configuraban auténticas ciudades-estado independientes. Establecían relaciones entre ellas a través del matrimonio, del hospitium y otros pactos diplomáticos que firmaban para enfrentar las adversidades, aunque en ocasiones, debían de recurrir a otros recursos…

«Una alianza, Sekaiza y Numancia, al invasor rechazó por las armas. El pueblo belo huyó con sus gentes, dejando atrás a su tierra arrasada. Con los arévacos unieron fuerzas, guiados por Carus forjaron la gesta»

(Bestias Númidas, «Belos», 2016)

Portar las armas y enfrentar la última batalla contra Roma: el final de la cultura celtibérica y el inicio de un paulatino proceso de romanización. Nuestro viaje concluye en el contexto de las Guerras Cántabras, en el año 19 a.C. Nos trasladamos, por tanto, al monte Medulio: un reducto que se localizaría en la Sierra de la Lastra, entre las provincias de León y Orense (Fernández Vázquez), que hasta el momento había logrado resistir los asedios al norte de Hispania. Nos llega un pasaje a través de la historiografía romana sobre la simbólica contienda:

«Por último tuvo lugar el asedio del Monte Medullio, sobre el cual, después de haberlo cercado con un foso continuo de quince millas, avanzaron a un tiempo los romanos por todas partes. Cuando los bárbaros se ven reducidos a extrema necesidad, a porfía, en medio de un festín, se dieron la muerte con el fuego, la espada y el veneno que allí acostumbran a extraer de los tejos. Así la mayor parte se libró de la cautividad, que a una gente hasta entonces indómita parecía más intolerable que la muerte»

(Lucio Anneo Floro)

El tejo es un árbol que encontramos, en el caso de la península ibérica, en las regiones del norte y el este. Para los pueblos celtibéricos era un árbol de carácter sagrado, por eso actualmente los encontramos junto a iglesias de cuño medieval; probablemente porque estos templos fueron construidos sobre lugares de culto pagano (Iker, Basquecraft). En esta ocasión, Salduie relata la historia de «El agua del tejo» a través de Laura Contreras y Alba Alonso, que representan a una pareja madre e hija portando las semillas venenosas de las bayas de este árbol, afrontando el «mortal dilema: cautiva vida o tortuosa muerte». Un videoclip realizado y editado por Víctor Izquierdo, masterizado por Lucas Toledo en Theocide Studios.

«Sean sus voces arrullo en este viaje. Dolor inmenso, desgarrador peaje, quebradas hojas, preparan el veneno, funesto trance para el letargo eterno. Para el legado eterno»

Así concluye este «Dvatir», coronado por una portada diseñada por Pablo Sánchez en la que se reúnen las ilustraciones de las mujeres que dan vida a cada uno de los singles. Y así comienza el Dvatour. Valencia, Barcelona y Sevilla ya han coreado el nuevo EP junto con otros de nuestros temas favoritos: Sertorio (Viros Veramos, 2019), Caraunios Ambaxtos (Ambaxtos, 2021), Los fuegos de Belenus (Belos, 2016), Hidromiel y, por supuesto, Numancia (Imbolc, 2014), el himno que sigue abanderando a Salduie… porque todos esperamos terminar la noche metidos en un buen pogo defendiendo el asedio de la ciudad. Este Dvatour acaba de arrancar: Zamora, Algarrobo, Vitoria-Gasteiz, Gijón, Alicante y Madrid son las próximas paradas de la tvrma, que nos mantiene al tanto de sus movimientos en su página web, salduie.com, y en todas sus redes sociales.

Muchas gracias a Vampire Productions, a toda la banda por prestarse a pasar un rato con nosotros, a Jose, Ale, Jos y PLK por completar esta crónica con fotos únicas de la entrevista y el concierto. 

¡SALUD Y SALDUIE!

Autora de la entrada: Sonia Theshikari

Salduie son:

  • Diego Bernia (voz gutural)
  • Víctor Felipe (guitarras, coros)
  • Daniel Galbán (bajo)
  • Nem Sebastián (voz melódica, gaita, whistles)
  • David Serrano (gaita, whistles)
  • Sergio Serrano (batería)

Referencias del texto:

  • Fernández Vázquez, V., «Localización del Monte Medulio en la Sierra de La Lastra», en Argutorio, nº 10, 2003, pp. 5-9
  • García Cardiel, J., Los discursos del poder en el mundo ibérico del sureste (siglos VII-I a.C.), CSIC, Madrid, 2016. También del autor “La mujer como depositaria de la memoria social en la Hispania prerromana” en Despertaferro Ediciones online, 2020
  • Martino Redondo, E., Roma contra cántabros y astures. Nueva lectura de las fuentes, Sal Terrae, Santander, 1982
  • Ngmo Fernández, E., “La palabra para hija en indoeuropeo. Un análisis comparativo” en Revista Española de Lingüística, nº 52, 2022, pp. 169-182
  • Olmos, R., Grau, I., El vas dels guerrers de la Serreta, Recerques del museu d’Alcoi, nº 14, 2005, pp. 79-98
  • Salinas de Frías, M. Los pueblos prerromanos de la península ibérica, Akal, Madrid, 2006
  • San Vicente González de Aspuru, J.I., “La Pax Deorum, la caída de Numancia y la profecía de Clunia” en Arys: Antigüedad, religiones y sociedades, nº 10, 2012, pp. 215-232
Grados
Por Sonia Theshikari - 1000º / 1000º

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *